«Las penas de dos años y un día de prisión y de dos años y seis meses de prisión impuestas al acusado se sustituyen por la expulsión del territorio nacional, con prohibición de entrada al mismo por tiempo de diez años desde que se haga efectiva la expulsión, con el apercibimiento de que, si regresara a España antes de transcurrir dicho plazo, cumpliría las penas que se le han sustituido».

Así se lee en la sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia que condenaba a un hombre que, allá por diciembre de 2016, en solo dos días, abordó y amenazó a un total de siete mujeres, cuatro de ellas menores de edad, por las calles de la capital murciana.

Según detalla el relato de hechos probado, el ya condenado, de 36 años de edad, abordó primero a dos adolescentes de 15 años que estaban en un portal. Sacó un cuchillo, se lo puso en la cara a una de ellas y trató de llevarla hasta su furgoneta, que estaba arrancada en un vado cercano. Las menores empezaron a gritar. Una de ellas sí fue herida por el arma blanca en la mano. El sospechoso escapó entonces.

Al día siguiente, considera probado el tribunal, este hombre estuvo desde las diez y cuarto de la mañana hasta las tres de la tarde intentando secuestrar a mujeres. A la primera la cogió del pelo por la calle y le dijo «tú te vas a venir conmigo al coche». La mujer se defendió con el paraguas que llevaba y al final huyó y se refugió en un supermercado.

Después abordó a una menor de 16 años. También la agarró del pelo. «Estate callada y no te pasará nada», le espetó. Ella se revolvió, empujó a su agresor y escapó.

Lo intentó entonces con una niña de 13 años de edad. Entonces el condenado se vistió de mujer y agarró un palo, con el que golpeó a la menor. Llegó a meterla en el maletero, pero la pequeña hizo fuerza y también se escapó.

Al rato, el mismo hombre, esta vez navaja en mano, abordó a otra mujer. «Súbete al coche y no digas nada». Ella dijo que no pensaba hacerlo, salió corriendo y resultó ilesa. Él entonces cogió su furgoneta, para escapar, pero chocó contra la fachada de una sucursal bancaria de Murcia.

Dejó el vehículo con las llaves puestas y se fue. Como ya no tenía medio de transporte, prosigue la resolución de la Audiencia, hizo por conseguir otro. Así, cada vez más nervioso y agresivo, se dirigió a una señora de 67 años cuando se estaba introduciendo en su coche: la agarró del cabello y la tiró al suelo, pero llevarse su turismo.

Cuando lo hizo, colisionó, al dar marcha atrás, con otro coche. Aun así, escapó. Fue primero al banco en el que estaba su vehículo estrellado, cogió algo de allí (en la sentencia no se precisa qué) y se marchó. Dejó el turismo que había robado junto al río e intentó pegarle fuego. No lo logró.

Al final, fue detenido. Además de la pena de cárcel, se le condena a indemnizar a sus víctimas, pero él alega que no tiene dinero. La sentencia es firme y contra la misma no cabe recurso.