Para tratar de dar con los objetos robados en los trasteros, la Policía inspecciona en las tiendas de compraventa. Antes, los ladrones se valían de estos establecimientos para convertir en dinero en metálico los efectos sustraidos, que, de por sí, no les interesaba tener.

Hoy en día estos métodos han cambiado. Está de moda el trueque, también entre los propios cacos. Para evitar llevar la mercancía a las tiendas, se intercambian entre ellos las cosas. Así no hay intermediarios y es más difícil para la Policía pillarlos.