El aumento del tráfico rodado, el asfalto y la mayor presencia de aparatos de aire acondicionado en viviendas y locales hace que la temperatura de las ciudades vaya en aumento, lo que ha hecho que desde las administraciones se busquen alternativas para reducir esta temperatura. La Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia ha propuesto al Ayuntamiento de la capital la posibilidad de descubrir algunas zonas del recorrido de la acequia Aljufía a su paso por la ciudad aprovechando las obras que se están llevando a cabo en Alfonso X El Sabio, una opción que conllevaría el descenso en hasta dos grados de la temperatura ambiente, según indican investigadores de la UMU y miembros de la asociación Huerta Viva.

El desentubamiento de diversas acequias es una lucha en la que se han involucrado estas organizaciones, que intentan avanzar hacia una ley estatal de protección de suelos de alto valor agrológico.

La Aljufía es la acequia madre de Murcia -las fotos de la acequia, aquí-, que nace en el Azud Mayor o Contraparada (Javalí Viejo) y que cruza la ciudad de forma subterránea permitiendo regar la Vega Media de Murcia mediante una red jerarquizada de acequias menores, brazales y regaderas. Aunque fue construida entre los siglos IX y X, no fue hasta la década de 1940 cuando comenzó a taparse de forma paulatina hasta la actualidad, haciendo que muchos ciudadanos que viven o pasean a diario por la ciudad no conozcan que están andando sobre ella y que bajo sus pies transcurre el caudal de agua.

José Antonio Moreno Micol, miembro de Huerta Viva, y la profesora de la UMU y coordinadora del Máster de Educación y Museos, Rosa Hervás, destacan los beneficios que tendría la apertura de algunos tramos de la acequia en la ciudad, con las oportunas medidas de seguridad, logrando reducir la temperatura ambiente y convirtiéndose en un aire acondicionado natural, además de permitir a los ciudadanos el conocer su patrimonio. Un aspecto en el que también coincide la Junta de Hacendados en el escrito que ha remitido al Consistorio y al que ha tenido acceso LA OPINIÓN, texto en el que incide en el beneficio de que los viandantes puedan conocer su legado histórico.

Hervás recuerda que hace unos meses bajaron junto a la Junta de Hacendados y Huerta Viva a la acequia Aljufía para hacer el documental ´La Aljufía, una acequia olvidada. Un patrimonio oculto´, red a la que accedieron desde la calle Enrique Villar, junto a la Universidad. «Se trata de un patrimonio escondido que se debería abrir por sus grandes beneficios, muchos ciudadanos no saben que por la acequia aún pasa agua y que está en uso, lo que hizo que se sorprendieran al preguntarnos. La Junta de Hacendados quiere que se abra, pero nos falta el apoyo del Ayuntamiento», indica la profesora titular de la Universidad de Murcia.

La calle Acisclo Díaz se llamaba antiguamente la calle de la Acequia en su honor, «pero ha perdido hasta el nombre», se lamenta Hervás, al tiempo que alerta de que en algunos tramos las raíces de los árboles están rompiendo la bóveda, una infraestructura de riego que hay que cuidar y recuperar.

Moreno Micol también afirma que «sin esta acequia no existiría la ciudad de Murcia», por lo que considera urgente actuar sobre ella. Durante el descenso atravesaron su cauce desde la universidad hasta San Esteban, aunque en algunos tramos tenían que subir a la superficie por el agua acumulada (pese a que el día anterior se cerraron las compuertas para vaciarla y poder hacer la visita). El responsable de Huerta Viva explica que las bóvedas que hay bajo Las Claras son más recientes, de los siglos XV-XVI, y que en algunos tramos se conservan restos de las norias que servían para subir agua a los palacios. «Una red cuya recuperación tendría beneficios tanto ambientales como culturales», señala José Antonio Moreno.