Cuarenta y cinco años de dibujos recogidos en un libro. Una publicación en la que el catedrático de Biología Celular y profesor Emérito de la UMU José Meseguer Peñalver muestra las virtudes de tener buena mano con el arte a la hora de enseñar Medicina y Cirugía, Enfermería, Fisioterapia, Óptica y Optometría, Biología, Ciencias Ambientales y Biotecnología.

En un tiempo en el que el ordenador era una entelequia, la capacidad para el dibujo de un profesor de ciencias cobraba una importancia vital para hacer comprender a los alumnos determinadas materias. En esas condiciones, la pizarra y las tizas de colores se convertían en una poderosa herramienta docente, y la capacidad artística de determinados profesores, en una cualidad muy apreciada por el alumnado.

Editum, el Servicio de Publicaciones de la UMU, acaba de editar una extensa recopilación de estos dibujos bajo el título 'Ciencia y Arte en la pizarra': 113 dibujos, láminas y gráficos. Afirma Meseguer que la mejor forma de «divulgar es ilustrar», por lo que dedicó muchas horas de su actividad «a producir imágenes que han servido específicamente para ilustrar los resultados de mi actividad como profesor e investigador».

Además de un atractivo y nostálgico catálogo de obras en las que el arte y la ciencia caminan de la mano, el libro constituye un tratado de la ilustración en la docencia en el que Meseguer expone su forma de realizar las ilustraciones de carácter científico con destino a las clases, con recomendaciones tan precisas, que incluyen el consejo de partir las tizas antes de su uso «para evitar que vibren emitiendo un chirrido típico» lo que da idea de la meticulosidad y su pasión por la tarea docente.

El libro está dirigido a toda persona que guste de la ciencia y del arte, y «que sea capaz de disfrutar de todo lo que pueda haber de bello y artístico en la representación de la observación científica, y de modo particular en la observación microscópica», comenta.

Durante décadas, Meseguer se tomó su tiempo antes de cada clase, pensando en el mejor camino para hacer comprender a sus alumnos cada tema apoyándose en dibujos: «Dibujar en la pizarra durante cada clase, supone narrar o contar una historia en imágenes ante los ojos del alumnado durante un tiempo limitado».

Afirma el veterano profesor que, en estos momentos, la valoración que se hace de la enseñanza es muy diferente de la que se hacía en sus primeros años como docente, cuando desarrolló principalmente estos dibujos: «Entonces la transmisión de información en la universidad poseía un valor muy importante, el profesor universitario tenía un sentido de maestro, como transmisor de información, con un nivel de actividad investigadora relativamente pequeño, pero ahora hemos pasado a la situación opuesta: la investigación ha ganado mucho peso en la universidad, y la enseñanza ha pasado a ser menos valorada».