El luctuoso suceso tenía lugar a finales del pasado mes de septiembre. El titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia, en funciones de guardia, ordenaba el ingreso en prisión provisional de la acusada de matar a otra mujer tras rociarla con líquido inflamable y prenderle fuego en el barrio murciano de La Paz. Entonces, la investigada permanecía custodiada en el módulo de presos del Hospital Virgen de la Arrixaca. Como ya ha recibido el alta, y se encuentra en la cárcel, en el día de ayer prestaba declaración (por videoconferencia) en el Juzgado de Instrucción Número 5 de la capital murciana.

La sospechosa, que responde a las iniciales M. I. T. O., tiene 32 años y está acusada de asesinar a otra mujer, de nombre Dolores, a la que presuntamente prendió fuego, con combustible, porque se habían peleado. Dolores ingresó con vida al Virgen de la Arrixaca, pero no pudo sobreponerse al ataque: presentaba quemaduras profundas de segundo y tercer grado en un 70 por ciento de la superficie corporal.

En su declaración de ayer en el juzgado, la sospechosa no quiso contestar ni a las preguntas de la juez ni a las de Fiscalía, así como tampoco a las cuestiones que tenía para ella el abogado de la acusación, Pablo Ruiz Palacios.

La mujer se limitó a responder a su propia defensora, y lo hizo para alegar circunstancias que, en un futuro, podrían servir de atenuante en el proceso.

Confesó, por ejemplo, que ella es consumidora de estupefacientes. Asimismo, señaló que toma medicación recetada por un facultativo. La combinación de droga y fármacos habría creado en ella un estado de inusitada violencia que desembocó en tragedia. Y no sólo es un problema de drogadicción: M. I. T. O., según sus propias palabras, padece no una, sino varias enfermedades mentales. Entre sus dolencias, alegó, se encuentra la de esquizofrenia. Esta enfermedad afecta algunas funciones cerebrales tales como el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. En su poder, el día del crimen, la mujer llevaba antidepresivos.

Asimismo, ayer se ratificó la situación de prisión provisional de la sospechosa. Ahora ha de efectuarse la instrucción del caso, hasta llegar a la vista oral.

Durante la declaración, M. I. T. O. en todo momento se mantuvo tranquila y en ningún momento pronunció la palabra ´perdón´, ni mostró arrepentimiento por el crimen que, presuntamente, cometió el mes pasado, explicó Pablo Ruiz Palacios.

El letrado recuerda que son muchos los indicios que implican a esta mujer en lo sucedido, empezando porque hay testigos.

Además, recordó que la propia procesada llegó a ingresar en el hospital, ya que presentaba quemaduras dérmicas parciales de segundo grado en un 6 por ciento de la superficie corporal. Quemaduras que se habría hecho cuando, supuestamente, acabó con la vida de Dolores.

Así, existen «pruebas importantes» que vinculan a la sospechosa con el crimen. Lo que cree la acusación es que la defensa trata de alegar enfermedad mental y drogadicción para buscar un eximente y que el castigo, en el futuro juicio, no sea tan duro para M. I. T. O. Acusada y víctima se conocían desde hace tiempo. Días antes del crimen, al parecer tuvieron una discusión. La propia víctima, antes de morir, tuvo fuerzas para decir a la Policía que aquello se lo había hecho esa mujer.