«Un olor intenso que se agarra a la garganta». Es lo que percibieron los docentes y los alumnos del colegio Vicente Medina, en Sangonera la Seca, el pasado viernes.

La alarma fue tal que, por precaución, los profesores decidieron que los niños se quedaban sin patio. Los malos olores, relatan testigos, duraron más de una hora. La directora del colegio llamó a Emergencias y al lugar se desplazó la Policía. Al rato, la sensación de aire especialmente contaminado se fue disipando.

No fueron los responsables del centro los únicos que, durante la jornada, sufrieron los malos olores. Emergencias recibió varias llamadas, tanto de Alcantarilla como de Sangonera. No hubo ninguna persona intoxicada.

En cuanto al origen del hedor, testigos y afectados dijeron que sospechan de una fábrica cercana, que no es la primera vez que está en el punto de mira por el mismo motivo. En 2016, la Comunidad autorizaba la reapertura de esta empresa (suspendió su actividad en 2015), tras instalar ésta caudalímetros, un oxidador térmico regenerativo y un mecanismo que automáticamente para la planta cuando se detecta alguna emisión contaminante, dijeron entonces. Aunque los vecinos no están conformes y quieren respuestas sobre por qué huele tan mal de vez en cuando en su zona.