Error de cálculo o proyecto mal hecho. El caso es que el Ayuntamiento de Murcia ha tenido que desembolsar 621.983 euros a la empresas Ferrovial-Agroman por una factura que tenía pendiente, y que se negó a pagar en su día, por unas obras realizadas y no previstas en el peine del Teatro Romea durante la remodelación del mismo. Una reciente sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 4 de Murcia, de abril de 2018, falla en favor de la empresa.

La empresa giró la factura en 2012 por trabajos realizados y no contemplados en el proyecto de reforma de esta zona del teatro (que es el conjunto de varas donde se cuelgan los focos, telones, patas, pantallas, etc) y en diciembre de 2014 el Ayuntamiento desestimó este pago.

La sentencia también condena al Consistorio murciano al pago de las costas del proceso judicial, fijadas en 3.000 euros.

El caso fue visto ayer en el punto siete de la Comisión de Pleno de Infraestructuras, Hacienda y Asuntos Generales del Ayuntamiento, bajo el epígrafe 'Dar cuenta de informe de reparos emitidos por Intervención levantados por el presidente' (en este caso el alcalde). El Ayuntamiento ha tenido que hacer uso de esta fórmula dado que la Intervención no puede aprobar este pago al no haber contrato con la empresa, explica el concejal de Cambiemos Murcia, Sergio Ramos.

Para el edil lo ocurrido «es otra llamada de atención contra las bajas temerarias» y contra los proyectos «mal realizados desde el principio», que le ha costado a las arcas municipales más de medio millón de euros. Ramos recuerda que la remodelación costó un millón de euros.

«Esperemos que estas cosas no pasen en el futuro, porque cuando se aceptan bajas temerarias como la de este concurso, luego puede pasarnos factura», manifestó Ramos, quien lamentó que «se ha tenido que pagar a la empresa lo que se le negó en un principio, y encima con intereses».

La reforma del Teatro Romea comenzó hacia 2007 y estuvo cuatro años cerrado por los trabajos de remodelación, entre los que figuraba la fachada, las cubiertas y distintas instalaciones interiores, como el peine. De hecho, en esta zona se cambiaron las 20 barras de madera por 46 barras metálicas informatizadas.

Sin embargo, la reforma del edificio no estuvo exenta de polémica. De hecho, meses antes de la finalización de las obras , este diario publicó en noviembre de 2011 un escrito enviado al entonces alcalde, Miguel Ángel Cámara, por parte de la UTE que se hizo cargo de la remodelación, en el que recusaba a los técnicos municipales que han supervisado la obra «por animadversión» hacia la sociedad, pedía un árbitro y le adelantaba al primer edil que no entregaria el Romea en la fecha tope establecida: el martes 15 de noviembre. La UTE estaba formada por Trimtor, presidida por Miguel del Toro, entonces líder de la patronal Croem, y Azuche, que dijo que reclamaría 441.000 euros más por trabajos no contemplados en proyecto.