Rotos de dolor aguardaban ayer en la puerta de Urgencias del Hospital Virgen de la Arrixaca una veintena de familiares y amigos de María Dolores, la mujer de 38 años que falleció en la mañana de ayer tras ser rociada con gasolina y prendida fuego el martes por la tarde en su vivienda de La Fama por otra vecina con la que discutió días antes. La agresión se produjo en la vivienda de la víctima poco antes de las seis de la tarde, a la que la vecina accedió con una garrafa de gasolina con la que la empapó delante de sus hijos pequeños.

«Sus propios hijos lo vieron todo, los pobres le echaron mantas para intentar salvarla», recordaba ayer la madre de la fallecida entre sollozos en la puerta del hospital de El Palmar.

María Dolores discutió días antes con su agresora por una bicicleta que le habían regalado a su hijo mayor, de 17 años y con una minusvalía del 85 por ciento. Su vecina le recriminó que la bici era de ella, por lo que se inició una discusión que terminó con una agresión al menor de edad y la posterior entrada en la vivienda de la víctima justo en el momento en la que ésta se encontraba descansando en el sofá, adormilada por la medicación que estaba tomando tras haber sido operada de una reducción de estómago, según han explicado familiares de la fallecida.

Su madre explicó que «discutieron por la bicicleta y fue tres veces a buscarla, hasta que entró en su casa para quemarla».

Tras la agresión la víctima fue trasladada en la tarde del martes al Hospital Virgen de la Arrixaca, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a cargo del área de Cirugía Plástica con grandes quemaduras de segundo y tercer grado en el 70 por ciento de su cuerpo, según indicaron desde la Consejería de Salud.

Hasta el mismo centro fue trasladada también la agresora, que fue ingresada en la UCI junto a la víctima, lo que originó un enfrentamiento entre familiares. La segunda paciente, de 32 años, continúa ingresada en la Arrixaca con quemaduras dérmicas parciales de segundo grado en un 6 por ciento del cuerpo, aunque ya ha salido de la UCI y ha sido trasladada al módulo de hospitalización de presos del centro sanitario, según confirmaron ayer fuentes del hospital a esta Redacción.

Al fallecer María Dolores en la mañana de ayer, la Policía Nacional desplegó varias dotaciones en la entrada del servicio de Urgencias de la Arrixaca ante la posibilidad de que se produjesen altercados, al tratarse de dos familias de étnia gitana y al haberse producido un enfrentamiento el día anterior. Algunos familiares manifestaron que no se moverían de allí hasta que sacaran a la agresora, al correrse el rumor de que la iban a trasladar de centro.

Los agentes estuvieron presentes hasta primera hora de la tarde al vivirse momentos de tensión, como cuando cerca de las 15.00 horas llegó un hermano de la fallecida gritando desconsolado al haberse enterado de su muerte. Pese a todo no fue necesaria su intervención.

La madre de la fallecida, rota de dolor, no dejó de lamentarse por la pérdida de su hija gritando frases como «ay, qué lástima, Dios mío», «ay, qué lástima de mi hija, qué pena más grande», «llévame a mí. Qué palo más gordo nos dejas», en referencia a que María Dolores tenía cinco hijos de entre 3 y 17 años de edad. Según la previsiones, la detenida podría pasar hoy a disposición judicial.