Aunque la lluvia truncó el pasacalles de la mañana y el agua fue protagonista toda la jornada, el gran desfile de Moros y Cristianos pudo lucirse en la noche murciana y recrear así la historia de los orígenes de ciudad. Ambos bandos se disputaron estas tierras bañadas por el Segura en el siglo XIII y, ahora, las kábilas y mesnadas representan aquellos acontecimientos cada año durante la primera quincena de septiembre, en distintas actuaciones y desfiles en los que el espectador puede ver lujosos ropajes, cuidados bailes y vivir, en definitiva, un viaje en el tiempo.

Ayer no podía ser menos, en esta 35ª edición de las Fiestas de Moros y Cristianos, y miles de murcianos y visitantes se echaron a la calle, paraguas en mano, para disfrutar del gran desfile que casi clausura ya las fiestas. No solo los festeros miraron al cielo con recelo durante toda la tarde, también los vecinos o turistas que, sin participar activamente en la cabalgata, querían disfrutar de los bailes de los caballos y del boato de los distintos bandos. Minutos antes de las ocho de la tarde, cuando estaba programada la salida de la comitiva, leves gotas empezaban a caer. «Venimos todos los años con nuestros hijos, y este año no iba a ser menos», asegura Julián, que veía el desfile junto a su mujer y sus dos hijos pequeños.

El agua dio un respiro y el gran desfile pudo comenzar sin incidentes aunque, hacia las nueve de la noche, con las kábilas ya enfilando la Gran Vía murciana, volvía la lluvia, aunque no pudo menoscabar la majestuosidad de la cabalgata.

Este año desfiló en primer lugar el bando moro, tras el boato de la Federación de Moros y Cristianos, que contaba en esta ocasión con un espectacular ballet que hizo las delicias de los asistentes. Un grupo de bailarinas realizaba acrobacias con fuego, maravillando al público que abarrotaba el Puente Viejo y la Gran Vía, que en numerosos puntos mostraba varias filas de personas expectantes y maravilladas ante los coloridos trajes y la música en directo de grupos musicales y corales venidos de distintos puntos de la Región, como Cieza o Cartagena. La tradición por los moros y cristianos de la vecina Comunidad Valenciana también se notaba ayer en Murcia, y es que varias agrupaciones musicales venían de localidades como Orihuela o Petrer.

Momentos antes del inicio del desfile, ante las amenazantes gotas de lluvia, los músicos protegían sus instrumentos con sus propios cuerpos o incluso bolsas de plástico. «La lluvia puede estropear con rapidez los instrumentos, que son mucho más que un medio de vida para nosotros, son casi como compañeros», remarcaba un joven saxofonista.

La carroza del rey Aben Hud y su favorita abría el bando moro. Unos metros más atrás, Minerva, María y Natalia, tres jóvenes integrantes de la Kábila Mudéjares, esperaban con expectación a empezar su primer gran desfile de Moros y Cristianos. «Es nuestro primer año y lo estamos viviendo muy intensamente, a pesar de la tensión que hemos vivido por la lluvia de esta mañana, porque nos hace ilusión vestirnos como en la época y enseñar a la gente la historia de Murcia», aseguraban.

Una veterana de su misma kábila, Vanesa Pérez, es la abanderada de este 2018. Asegura que ha sido un año «muy intenso» y en el que ha podido conocer a muchas personas desde su posición de abanderada. «Es una experiencia muy recomendable», subraya.

Desde el bando contrario, los matrimonios formados por Miguel Ángel y Maira, y Santi y Pedro, disfrutan en familia junto a sus hijos del primer desfile en el que participan todos desde las Huestes de Fernando III. Animan a los murcianos a acercarse a los grupos, kábilas o mesnadas, para conocer la historia de la ciudad y disfrutar de las fiestas. «Todas tienen un presidente al que se puede acudir y seguro que te atienden gustosamente», apunta Miguel Ángel. Aunque es su primer año en esta mesnada, formaron parte en el pasado de otro grupo y siempre han estado vinculados a las fiestas. «Llevamos 35 años cumpliendo con la historia de Murcia, este año no podía ser menos», señalan.

La lluvia no pudo, hace siglos, con el Rey Lobo o con Jaime I. Tampoco ayer pudo con los festeros murcianos.