«Mi madre, que es una señora de 64 años, se enfrentó a ellos y entonces empezaron a tirarle naranjas», explica Cristina, vecina de Santiago El Mayor, a propósito de la ola de vandalismo que, asegura, viene sufriendo la barriada. Ocurre, sostiene, desde hace «como quince días», y señala como responsables a un grupo de menores «que tendrán de 13 a 16 años».

En la misma línea que Cristina se expresa otro vecino del barrio, Manuel, que se asomó a la ventana cuando vio que los menores «le estaban prendiendo fuego a banco» ubicado frente al colegio de Santiago El Mayor. Al llamarles la atención, «entonces lo apagaron».

«Vamos a tener que hacer una patrulla nocturna, como en América», bromea Manuel, acerca de preservar la seguridad del barrio.

Estos niños «van rompiendo todo lo que pillan y gritando todo lo que pueden», subraya Sandra, otra residente en la zona.

Aunque la peor parte se la está llevando el dueño de un comercio de alimentación y regalos situado también cerca del colegio en cuestión. Le roban prácticamente a diario, comenta a este periódico. No sólo entran y se llevan comida y chucherías, sino que han llegado a romperle el cristal. Se ha visto obligado a poner rejas en algunas ventanas. Al igual que le pasó a la madre de Cristina, a este hombre también le han arrojado naranjas, relata. Como está harto de la situación, quiere que se instalen cámaras de vigilancia en la zona.

La Policía recuerda la importancia de poner la pertinente denuncia, cuando se sufran hechos así. En este caso concreto, fuentes policiales explican que algunos de estos niños son inimputables. En España, los menores de 14 están exentos de responsabilidad por los delitos que cometen: la ley considera que en esos casos se debe buscar la solución en el ámbito educativo y familiar.