«Se recuerda a los ciudadanos que grupos organizados itinerantes aprovechan estos días, en los que las viviendas están vacías, para desvalijarlas», apuntan desde la Policía Nacional.

Esta semana, los dueños de un piso de La Flota, por la zona del Jardín de las Tres Copas, daban la voz de alarma: les habían entrado en la casa mientras ellos descansaban en la playa. Al volver, se encontraron el piso todo revuelto. Les faltaban joyas y dinero. La Policía busca a los responsables.

En esta ocasión, parece ser que los ladrones emplearon el conocido como método del bumping. Basta con una llave maestra, que se puede comprar por Internet, y con un pequeño martillo. Se mete la llave, se dan unos golpes y las cerraduras más sencillas se abren. Apenas son necesarios unos segundos y no deja marcas ni daños en la puerta de la vivienda.

Fuentes cercanas señalaron que de un tiempo a esta parte se ha detectado la presencia en la ciudad de unos ´turistas´ que llegan con oscuras intenciones: vienen a asaltar viviendas vacías.

En este sentido, las mismas fuentes precisan que suelen desplazarse a Murcia en coche (principalmente desde países del Este de Europa) y que, una vez en la Región, tienen apoyo logístico: amigos y compatriotas les abren sus casas para que se queden. «No duermen en sus coches porque, en cuanto pasase una patrulla, ´cantaría´», explican las fuentes.

Los practicantes de este tipo de ´turismo delincuencial´ vienen en grupos de tres o cuatro personas y han aprendido a ser cada vez «más discretos», precisan miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Cuando van a perpetrar un robo, «hay gente vigilando» en las inmediaciones de la casa, incluso en la carretera, para asegurar que la huida es óptima.

Las zonas preferidas de estos cacos son la Gran Vía de Murcia, la avenida Juan Carlos I y la pedanía de Santo Ángel. A la hora de llevarse cosas, optan por aparatos electrónicos que venden aquí o se llevan luego a su tierra. También buscan jotas y dinero en efectivo.

En un mes o mes y medio, estos profesionales (que suelen elegir viviendas vacías, con sus moradores en la playa, y no emplean la violencia, ya que no hay personas cuando entran) pueden sacarse perfectamente 100.000 euros.

El portavoz del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en la comunidad murciana, Javier Monje, lamenta que «las penas por un robo con fuerza son mínimas», lo cual significa que, después de hacer los agentes su trabajo y esforzarse en detener a los ladrones (hasta jugándose su propia integridad), resulta que estos sospechosos no pisan la cárcel.

Así que los delincuentes que vinieron en coche a Murcia, aunque sean arrestados, acaban en libertad con cargos, pero no tienen intención de aparecer en el juicio (que puede salir en años). Vuelven en sus vehículos a su país de origen, donde, subrayan las mismas fuentes, lo robado en España les da para vivir un año entero.

«Si sabemos que van a venir bandas y van a robar, no parece muy lógico que haya menos personal», cree Javier Monje.

A su juicio, «las comisarías necesitarían un refuerzo de personal». Propone que en Murcia vengan agentes de otros lugares, «al igual que se sacan comisiones de servicio en la Operación Paso del Estrecho». Monje recuerda que los agentes que trabajan en la Región «tienen que irse de vacaciones, se lo tienen ganado». Los que trabajan en verano, por el problema de los robos, a veces «se patean toda Murcia, camuflados, hasta que ven a un sospechoso».

Cuando hay un robo en una casa de la ciudad, y se avisa a la Policía, al lugar se desplazan agentes que se hacen cargo del caso. También se movilizan los profesionales de la Científica, para tratar de hallar huellas que les den pistas con las que acabar localizando a los responsables (como hacen los policías de la imagen). Se viene dando en Murcia una circunstancia curiosa, explican fuentes cercanas: hay gente que no denuncia todo lo que le roban. Se trata de personas que tienen joyas, obras de arte y dinero negro en sus casas. Cuando han de hablar con la Policía, omiten información. Antes pasaba lo contrario: la gente exageraba y decía que le habían robado más de la cuenta. Para ver si estafaban al seguro.