Un joven de 21 años, cuya identidad no ha sido facilitada, resultaba herido tras recibir un botellazo en la cabeza en una riña multitudinaria en Sangonera, indicaron fuentes cercanas al caso.

Ocurría de madrugada, en una localidad que está celebrando sus fiestas. Ya a partir de las tres de la mañana, Emergencias comenzaba a recibir llamadas de ciudadanos que hablaban de que había follones. Los avisos de particulares se fueron sucediendo durante horas, hasta que entró uno de que en la calle San Gonzalo, en concreto, le habían abierto la cabeza a un chico con una botella.

Al lugar se desplazó una ambulancia, cuyos sanitarios atendieron al herido in situ y lo trasladaron en ambulancia al Virgen de la Arrixaca de Murcia.

Asimismo, se movilizaron agentes de la Policía Local de Murcia y de la Benemérita, así como una decena de antidisturbios del Instituto Armado.

Fue precisamente la presencia de estos agentes la que más llamó la atención de vecinos y visitantes, algunos de los cuales llegaron a pensar, admitieron a esta redacción, que había algún tipo de operación contra el terrorismo en el pueblo. «Porque da miedo», contaban estas personas.

Testigos explicaron que en algunas de las peleas se vieron implicadas hasta diez personas.

Desde la Guardia Civil confirmaron que no se han producido arrestos en el marco de estos incidentes. Asimismo, explicaron que son ya dos noches seguidas de problemas en Sangonera.

Desde la Policía Local de Murcia, por otro lado, apuntaron que el incidente del que tenían constancia en Sangonera se produjo porque tres personas increparon a otra que, al parecer, les debía dinero. Cuando los municipales llegaron a la zona, no había agresión alguna. Procedieron a la identificación de las personas, pero no se detuvo a nadie.

El pedáneo de Sangonera, Juan Jiménez, explicó ayer a LA OPINIÓN que los disturbios fueron provocados por personas que no eran del pueblo, concretamente por «unos chicos que viven en El Palmar y que vinieron con cuchillos de cocina».

Aunque «los cuchillos no llegaron a salir», estos visitantes, prosigue Jiménez, tenían una actitud por la calle que, para algunos vecinos, fue tomada como una amenaza. Así que se avisó al Instituto Armado, que desplegó a los efectivos en el lugar.

«No pasó nada», deja claro el pedáneo, que aprovechó para hacer una llamada de responsabilidad a las personas a la hora de consumir alcohol con moderación en las fiestas. Mientras tanto, por el pueblo, carrozas y alegría.