La confesión del responsable y las dilaciones indebidas (que tarde mucho tiempo en salir el juicio) son, considera la Audiencia Provincial, dos atenuantes a la hora de condenar a un joven por abusar sexualmente de una niña en Murcia. Los abusos se produjeron cuando la víctima tenía 11 años y el ya condenado 22.

Según se lee en los hechos probados de la sentencia, el joven era compañero de piso del padre de la menor, y aprovechaba las veces que esta acudía a la vivienda para ir ganándose su confianza. A solas con la pequeña, "introdujo sus manos por debajo de la ropa y le tocó los pechos, las nalgas y la vagina", indica el tribunal.

Además, "le mandaba mensajes por Facebook diciéndole que la amaba y que era lo que más le importaba, con las repercusiones en el estado emocional de la menor" que conllevaba, señala la sentencia. Cuando la madre de la víctima descubrió lo que estaba pasando, fue a la Benemérita y denunció. El tribunal considera que esta denuncia "impidió que los actos atentatorios contra la intimidad de la menor fueran a más".

El joven, que ha reconocido lo que hizo, ha sido condenado a dos años de cárcel y a otros dos de libertad vigilada. No tiene antecedentes: no pisará la cárcel. Tendrá que indemnizar a la menor con mil euros, que podrá pagar a plazos, le permite la Audiencia.