La cocina diferida, que se refiere a los platos cocinados y conservados para ser consumidos posteriormente, es una tendencia creciente en la industria alimentaria y en la restauración. Por ello, la Universidad Católica de Murcia (UCAM) y el Grupo Nueva Cocina Mediterránea han puesto en marcha la cátedra denominada Ciencia e Innovación en la Cocina Diferida, que buscará potenciar la vida útil de sus productos sin afectar a las exigencias de calidad de los consumidores.

Durante el acto de firma del convenio entre ambas instituciones, el director general de Nueva Cocina Mediterránea, Luis Miguel García, resaltó la importancia de poner en marcha trabajos de investigación que se centren en la realidad de la industria alimentaria. A su juicio, «esta cátedra responde a una tendencia en el mundo de la alimentación y la restauración con la elaboración de productos de quinta gama, con platos elaborados de mucha calidad, sin conservantes ni aditivos». Además, destacó que con el acuerdo alcanzado con la UCAM, podrán «potenciar la formación de los alumnos en este sector a través del desarrollo de nuevos platos en el Grado en Gastronomía y la incorporación de estudiantes de este grado que pueden aportar mucho a esta industria».

El vicedecano del área de alimentación de la UCAM, José María Cayuela, resaltó la importancia del convenio firmado por el «gran trabajo» que viene desarrollando el Grupo Nueva Concina Mediterránea.

«Nos da la posibilidad de estar en el día a día de las empresas del sector alimentario. En este caso hablamos de una empresa que es puntera en el la restauración diferida. Es un área de la alimentación que está en auge, que tiene mucha tecnología detrás en el desarrollo de nuevos productos, en el incremento de su vida útil y en la calidad de los mismos», indicaba.

Finalmente, Cayuela destacaba otro aspecto crucial para que la UCAM y Nueva Cocina Mediterránea hayan unido sus caminos como es la sensibilización de la empresa con las causas sociales «para ayudar a personas con problemas de salud».

De este modo, concluyó Cayuela, «van a desarrollar productos para consumidores con algún tipo de patología a las que se pueda ayudar desde el punto de vista nutricional. La Cátedra será el soporte para todas estas actividades de formación e investigación».