Los escolares del colegio Virgen del Rosario, de La Cueva de Monteagudo, volvían este lunes al centro no sólo tras las vacaciones: también tras el término de las obras que se estaban llevando a cabo desde que, a mitad de marzo, se desplomase un muro, aunque, por fortuna, sin daños personales. Entonces se dijo que fue el viento. Pero los padres y padres de alumnos afirman que hay otra causa: el pésimo estado del centro.

En este sentido, los padres piden a la Consejería de Educación «que rectifique y explique las causas reales del derrumbe y las deficiencias en la construcción que detectaron los técnicos y expertos en el colegio y que ha motivado la realización de unas obras de emergencia».

«La propia Consejería de Educación y Ayuntamiento, cuyos técnicos han analizado y reparado el edificio, nos han trasmitido que se trataba de un fallo en la construcción, más concretamente en el revestimiento de todo el edificio, que ha tenido que ser sustituido completamente o reforzado», aseguran.

En esta coyuntura, los padres sugieren a la Consejería «que reconsidere la creación de un nuevo colegio». Y es que «el Virgen del Rosario se queda pequeño en cuanto a espacio. No se dispone de aula de profesores, ni de biblioteca, ni tampoco hay espacio para instalar un comedor escolar».

«Las obras de cerramiento de patios supondrá una ligera ampliación del interior del mismo, que no cubre con todas las necesidades y que se realiza a costa de los patios y los espacios de juego de los niños», consideran.

Asimismo, los padres indican que «atendiendo a la antigüedad de la edificación y al estado del techo de fibrocemento», quieren saber «cuándo se va a proceder a su sustitución».

Por otra parte, «exigimos depurar responsabilidades en el suceso del derrumbe que pudo ocasionar la muerte de niños y niñas», manifiestan.

Los escolares dieron clases, mientras no llegaban las vacaciones, en el Juan XXIII, en Las Lumbreras, un centro que tenía aulas disponibles.