Una treintena de arquitectos y arquitectos técnicos 'tomaron' ayer el barrio de La Paz para comenzar a chequear sus edificios y hacer un estudio de la situación y de su estado de degradación. El Centro Cultural sirvió de punto de encuentro y de allí partieron a primera hora de la mañana los seis grupos en los que se dividieron después de recibir las instrucciones y el número de los bloques que tenían que revisar cada uno de ellos de manos de Juan Roldán, director del equipo, catedrático de Estructuras Arquitectónicas y director de los grados de Arquitectura e Ingeniería de Edificación de la UCAM.

Roldán considera que este análisis sobre el terreno es fundamental para conocer de dónde se parte, por lo que estos profesionales estarán durante tres semanas analizando el estado de los bloques de viviendas, la mayoría de ellas de la década de los 60. Tres días a la semana harán trabajo de campo, hablando con vecinos, supervisando aspectos de accesibilidad, seguridad, protección contra incendios o resistencia sísmica, mientras que otra jornada estará dedicada a la puesta en común de los datos recogidos en las más de 1.500 viviendas que componen el Polígono de La Paz, según explicó a esta Redacción Javier Fernández, uno de los arquitectos.

50 ítems a examen

En total serán revisados medio centenar de ítems que aparecen en el plan de trabajo de estos arquitectos, profesionales que también cuentan con una aplicación móvil en la que apoyarse y que ha sido diseñada específicamente para este proyecto para que así todos los arquitectos y arquitectos técnicos tengan la misma base a la hora de realizar el estudio de situación. Para hacer más seguro el trabajo que van a desempeñar estos profesionales cada uno de ellos recibió una tarjeta identificativa y un teléfono directo con la Policía para usarlo en el caso de que se enfrentaran a alguna situación complicada, aunque también hubo ayer un refuerzo de patrullas por el barrio, según indicó el presidente de la Junta Municipal Distrito Este, Rafael Gómez, quien les acompañó durante gran parte de la mañana.

Uno de los primeros bloques supervisados ayer fue el D1-Escalera II, donde Sebastián García, hijo de una de las vecinas, explicó al equipo de arquitectos los problemas de aislamiento de las casas, así como las obras realizadas por Emuasa para sacar los contadores a la calle, las grietas que hay en el edificio, el desprendimiento de una cornisa hace unos meses y la situación de las arquetas, que en su mayoría se encuentran rotas. También en este bloque viven desde 1965 Juan Imbernón y su mujer Ana Caparrós, quienes fueron de los primeros en adquirir una de esas viviendas por la que llegaron a pagar unas 30.000 pesetas. Este vecino asegura que «el barrio y los edificios necesitan un arreglo porque nunca se ha hecho nada» y subrayaba el mal estado en el que están los sótanos, mientras que ella destaca el cambio que ha sufrido el barrio en estos cincuenta años.

El presidente de la Junta Municipal recordó que de las 1.502 viviendas sociales que hay en La Paz más de 200 son públicas. Junto a él también estuvo el portavoz de Cambiemos en el Ayuntamiento, Nacho Tornel, quien afirmó que «no se puede tirar un barrio para que un particular haga negocio, primero hay que hacer esto, estudiar su situación, algo que se debería haber hecho hace varios años».