Aunque en primer lugar se hizo cargo del caso la Policía Local de Murcia, no fue hasta 13 minutos después de recibir la alerta cuando la Policía Nacional le dio una pronta y feliz resolución.

Todo comenzó cuando una mujer llamó, este lunes por la mañana, a la Policía para denunciar que le habían arrebatado a su nieta del regazo, en la puerta de un centro médico del barrio murciano de San Antón. Inmediatamente, los agentes se pusieron en marcha y se personaron en el lugar, en la calle Francisco Rabal.

Allí, la abuela, en un evidente estado de nerviosismo, relató, según explican testigos presenciales, que había sido la expareja de su hijo (y madre de la niña) la que se había llevado a la pequeña. La abuela fue atendida del ataque de ansiedad en el lugar de los hechos, precisan los testigos.

Rápidamente, se alertó a todas las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad de lo que había pasado, y se establecieron controles para dar con el vehículo en el que, según el relato de la abuela, se había montado su exnuera, acompañada de tres parientres. El aviso del posible secuestro de una menor puso en alerta a todos los efectivos, en un momento en el que la sociedad está especialmente sensibilizada, en el contexto del caso del pequeño Gabriel Cruz, en la vecina provincia de Almería.

En uno de los controles habilitados, en concreto en el Puerto de la Cadena, la Policía Nacional interceptó el vehículo en el que viajaban la niña, junto a su madre y otras tres personas.

La Policía investigó el caso y tomó declaración a diferentes personas, tanto a las que iban en el vehículo como a otras del entorno de la menor. Finalmente, tanto la madre como las tres personas que iban con ella en el coche fueron arrestadas por sustracción de un menor de edad.

Iban con ella su madre, su padre y la actual pareja de su padre, confirman fuentes policiales.

Tras la lectura de sus derechos y tomarles declaraciones, quedaron libres, a expensas de que la autoridad judicial les llame.

Los padres de la niña tuvieron una relación, aunque no llegaron a contraer matrimonio. La primera hipótesis es que lo ocurrido sea un tema de problemas con la custodia de la menor. Se da la circunstancia de que el progenitor no se encontraba en Murcia en el momento de lo sucedido.

Mientras la abuela relataba el «susto» que se había llevado, la madre argumentaba que la bebé tenía que quedarse con ella. La mujer y sus allegados aguardaron durante horas en el relleno de la Comisaría de San Andrés, a la espera de la decisión que tomasen los investigadores del caso.

Fuentes cercanas al caso informaron de que el padres es un militar que está haciendo un curso en Ferroll. Hay un procedimiento abierto en el juzgado por la custodia de la menor, pero el caso aún no se ha resuelto. Las mismas fuentes apuntaron que la niña vive con su padre, y que él la dejó con la abuela (que reside en Alhama de Murcia) durante el tiempo que pasaría en Galicia. Al enterarse de lo sucedido, se desplazó en coche hasta la Región.

La madre, también militar, tiene otro hijo, de 4 años de edad, fruto de una relación anterior, apuntaron las mismas fuentes.

Desde el entorno de la mujer aseguraron, en una llamada a este periódico, que la niña vive con la madre en Cartagena, y que en verano, en una de las visitas, el padre "no la devolvió". Aseguran que hay una denuncia puesta "por secuestro del padre" y critican que este hombre "no ha cuidado de ninguna manera" a la bebé. Desde el entorno del padre, asimismo, sostienen lo contrario: que es la madre la que descuidaba a la niña y que tenía conductas impropias puestas en conocimiento de los tribunales. El asunto se esclarecerá en el Juzgado de Familia.