Se lo debían a los estudiantes y allí estuvieron. El primer y único debate protagonizado por los candidatos a rector de la Universidad de Murcia (ULMO) que pasaron a la segunda vuelta tras las votaciones del pasado 6 de marzo, Pedro Lozano y José Luján, se celebró ayer en el salón de actos de la Facultad de Educación, organizado por el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia (CEUM). Con un formato peculiar y una escenografía distinta a los otros dos debates realizados, los alumnos fueron los únicos protagonistas: sus inquietudes mandaron en todo momento.

La intención de los organizadores: incrementar la participación estudiantil en la segunda vuelta de las elecciones, y que se supere ese 15% de la primera.

Se habló, con carácter general, de procesos de evaluación y calidad; de tasas; de infraestructuras; de becas propias y de movilidad; y de representación estudiantil. Pero también tuvieron que hablar de los problemas particulares de cada facultad y centros asociados, planteadas por los representantes de cada centro. Dieciséis en total.

De hecho fueron estas últimas las que más juego dieron, como la que planteó la representante de Bellas Artes, que se quejó que un problema que dura ya «diez años» con un profesor, por presunto acoso sexual y abuso de poder, siga sin resolverse. La respuesta de ambos fue contundente: «No se puede consentir, y donde no llega el reglamento disciplinario universitario puede llegar el rector suspendiendo al docente», aseguró Lozano.

Ambos lamentaron que el reglamento sea de los años 50, y por lo tanto, esté totalmente «obsoleto», que no les deja mucho margen de maniobra, y dejaron claro que le corresponde al Gobierno central modificarlo. Ellos pueden empujar a que se consiga desde la Conferencia de Rectores (CRUE).

Luján, por último, destacó que cuando el servicio de Inspección termina con el expediente lo que sí puede hacer es trasladar el caso al Ministerio Fiscal. Eso, dijo, puede ralentizar el proceso.

Como en una sala de estar

Dos horas de debate, que congregó a unos doscientos alumnos, y que moderó el expresidente del CEUM y actualmente médico residente en Oncología del hospital Virgen de la Arrixaca, Domingo Sánchez. El MIR cumplió con creces con su papel de moderador, y sentado en el centro del escenario, en un llamativo sillón rojo, controló los tiempos de los catedráticos de Bioquímica y Derecho del Trabajo, Lozano y Luján, respectivamente, para que no se pasaran de los minutos asignados.

Los candidatos, uno a cada lado y sentados en sillones de color marrón; y los tres con una mesa de cristal enfrente. «Como una sala de estar de casa», describió Sánchez la escenografía elegida en un intento de dar un ambiente relajado al acto. Y debió calar bien, pues no se produjeron acusaciones o subidas de tono. Todo transcurrió de manera muy civilizada.

Pero algo de crispación sí hubo. Y fue cuando ante una de las preguntas del delegado de la facultad de Ciencias del Trabajo, José Luján tuvo que responder a un vídeo que ha circulado por redes sociales con declaraciones suyas, que pueden considerarse machistas. El catedrático se defendió: «Son declaraciones sacadas de contexto; llevo 26 años conciliando trabajo con mi vida familiar... Hasta mi hija está indignada de que me acusen de machista».

Estatutos, tasas, 3+2...

Durante la primera parte del debate (que duró una hora) los aspirantes a sustituir a José Orihuela en la Convalecencia sacaron pecho de su equipo, y en muchos momentos coincidieron con las propuestas a los asuntos planteados; en otras, hubo matices.

Luján y Lozano consideran que ya es hora de que se aprueben los nuevos estatutos de la Universidad, que llevan diez años de retraso. Sin embargo, mientras que para el catedrático de Bioquímica el proyecto elaborado por el actual Claustro debe aprobarse tal como está, para el catedrático de Derecho del Trabajo, habrá que esperar a lo que decida el Claustro que salga elegido en este proceso electoral y ver si la asesoría jurídica pone o no objeciones.

También defendieron que la Universidad financie el material que los universitarios utilizan para realizar sus prácticas (en Odontología, actualmente los alumnos deben pagar hasta 1.500 euros). Lozano puntualizó que en Química, de donde él es decano, ya se hace, pero «los estudiantes no se lo llevan a casa». Para Luján «estamos en una universidad pública y si no se subvenciona se está limitando el acceso a los estudios y la igualdad de oportunidades».

La figura del Defensor del Universitario no sólo es «esencial», al decir de ambos, sino que tiene que estar más cerca del Rectorado, y trabajar codo con codo con los vicerrectores para que los problemas se resuelvan y se evite «un mal mayor».

Total consenso de nuevo: no se debe abonar una segunda matrícula, sólo el derecho a examen, en el caso de no haber aprobado la materia en la primera convocatoria. «Es algo a negociar con la Comunidad Autónoma», dijo Luján.

Como también deben negociar que el 99% de las materias aprobadas en primera convocatoria sean bonificadas. Reproche de Luján a Lozano: «Me alegro de que ahora lo llevéis en vuestro programa, cuando antes lo criticabais».

El catedrático de Bioquímica y decano de Química responde: «Yo siempre he defendido que no se puede cargar la enseñanza universitaria en los bolsillos de las familias; y habrá que convencer a la Comunidad Autónoma».

También coincidieron en defender el modelo de plan de estudios 3+2, en lugar del 4+1 actual. Pero con matices: Luján considera que es la CRUE (la conferencia de rectores) la que lo debe plantear y Lozano considera que quien debe decidir el modelo es la conferencia de decanos.

Hubo una clara apuesta de ambos por crear la Casa del Estudiante, que no va a costar mucho, y habilitar espacios para el estudio, que estén abiertos las 24 horas, sobre todo en épocas de exámenes.

Esencial les parece a Luján y a Lozano salir de Erasmus (aunque el primero no lo ha hecho), si bien reconocen que es necesario una mayor dotación económica al programa, porque si no muchos estudiantes se quedan fuera.

También lo es dotar mejor el sistema de becas y llegar, desde la Universidad, donde no llega el Ministerio. El mecenazgo es una herramienta, defiende Lozano, para quien la política de becas es imprescindible: «Yo he sido becario toda mi vida».

Luján destaca: «Nuestra política de becas está antes que la de los edificios o gastos en consultorías».

Los aspirantes a rector destacaron la importancia de apoyar a las asociaciones estudiantiles no ya económicamente, sino también para que se sientan más cercanos al rectorado.

«Cuando era decano en Ciencias del Trabajo me reunía con los delegados de clase los últimos viernes de cada mes para ver los problemas y funcionó muy bien; además, llevamos en el programa dotarles con un presupuesto propio para que aprendan a controlar ingresos y gastos», apunta Luján.

El decano de Química apuesta también por el reconocimiento, en forma de créditos, para quienes dedican su tiempo a la representación estudiantil. «La motivación es fundamental».

La despedida

Pedro Lozano se despidió de la atenta audiencia destacando que sigue teniendo la misma ilusión que al principio de la campaña; que no lleva ninguna «mochila política; ni ninguna otra ni presente ni futura», y que se conoce «muy bien la universidad». Además de que se siente «muy querido».

José Luján lamentó todas las críticas recibidas durante la campaña («que si soy del PEP, que si soy machista...»), pero se mostró tranquilo «porque el rector Orihuela ha dicho que va a votar por la candidatura de Lozano», lo que desató las risas de los estudiantes y demás