Era el primer debate entre los cinco candidatos a rector de la Universidad de Murcia y había bastante expectación, lo que llenó ayer por la tarde el Paraninfo de la Merced, principalmente de profesores y personal de servicios, y bastante menos de estudiantes. No se lo perdieron representantes de los partidos políticos con presencia en la Asamblea Regional, encabezada por su presidenta, Rosa Peñalver.

Sin embargo, el formato, elegido por el Club de Debate de la UMU, resultó muy encorsetado y aunque el candidato Pablo Artal intentó en varias ocasiones un ‘cuerpo a cuerpo’ con sus oponentes, Pedro Lozano, Emilio Martínez, José Luján y José Antonio Gómez, lanzándoles preguntas directamente, apenas consiguió que entraran al trapo.

Sólo, por alusiones, contestó Pedro Lozano a la pregunta de por qué no había dimitido como decano de Química, para estar en igualdad de condiciones con el resto de los aspirantes: «No me he ido porque la gente me quiere y no me han dejado», dijo. Y también, al final, José Antonio Gómez, le increpó que tenía que haber dejado el cargo.

Eso es lo que hizo José Luján, quien era decano de la Facultad de Ciencias del Trabajo, puesto que dejó al presentar su candidatura.

Otro de los momentos singulares fue cuando José Antonio Gómez repitió tras cada intervención ‘Tenemos un plan’ mostrando el programa electoral en la mano.

El debate estuvo moderado por la profesora de Ciencias Políticas Anabel Campillo y por el formador en argumentación y secretario del Club de Debate UMU, José Miguel Rojo, quienes fueron escrupulosos con los tiempos de cada candidato. La audiencia potencial de este cara a cara era de 25.000 profesores (PDI), 21.000 empleados de servicios (PAS) y 34.000 estudiantes.

Los candidatos tuvieron dos minutos de presentación y luego se les plantearon preguntas divididas en 5 bloques, para los que también se les dio dos minutos de exposición y uno de réplica.

El debate siguió con dos preguntas para cada uno que llegaron al e-mail del Club de Debate y concluyó con un minuto ‘de oro’ a modo de despedida.

«Estos somos»

En sus primeros dos minutos de presentación, abrió el turno el catedrático de Biblioteconomía, José Antonio Gómez, quien recordó que llevaba 40 años ligados a la UMU, y que había empezado como PAS. Dijo ser tenaz, trabajador y que estaba acostumbrado a trabajar en equipo; y que había llegado a esta candidatura «independiente de los partidos políticos y de los grupos empresariales».

«Soy diferente, no tengo afan de protagonismo y mi candidatura se basa en el diálogo desde la independencia», subrayó.

Le siguió José Luján, catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, quien apostó por la Universidad que quiere (lema de su campaña), destacando su proyecto «ilusionante» y el momento idóneo, personal y profesional, para presentarse. «Quiero responder a los problemas de la UMU y devolver la confianza a la universidad desde mi experiencia como gestor», tanto en esta institución como en la Politécnica de Cartagena.

El catedrático de Óptica, Pablo Artal, fue el tercero en presentarse, saliendo detrás del atril y dirigiéndose directamente al auditorio. Explicó que lleva 24 años en Murcia y aunque al llegar le dijeron que su carrera había acabado, «algunas cosas he hecho», dijo, enumerando algunos de los premios que ha conseguido. Y manifestó querer aplicar el sistema que le llevó a conseguirlos a la UMU, para que «deje de ser marginal y localista».

Fue en esta intervención cuando lanzó el primer órdago a sus oponentes y provocó los primeros murmullos entre el auditorio: «Vengo con ilusión y una solvencia tremenda que me gustaría verla también en vosotros».

Pedro Lozano, catedrático de Química, destacó los 40 años que le ligan a la UMU, y sus más de dos décadas dedicadas a la gestión. «Me siento querido en mi facultad y en la Universidad, y ese es mi principal valor», apuntó, destacando que se había rodeado de gente independiente, que no tenía ningún tipo de mochila, y que iba a pelear por una UMU más libre, más justa, más tolerante y más transparente.

Al catedrático de Filosofía Moral y Política, Emilio Martínez Navarro, le tocó cerrar las presentaciones. Cartagenero de nacimiento y de orígenes humildes, señaló estar muy agradecido con esta institución en la que estudió con becas y a la que quiere hacer «un buen servicio, basado en la ética», y alejado de la corrupción.

Y subrayó cómo luchará por una universidad «abierta, justa, cordial, solidaria y pública, en la que no sobra nadie».

’De dónde venimos ya dónde vamos’

Un hecho en el que coincidieron todos: la crisis económica ha hecho mella en la Universidad y hay que lograr salir del agujero del que poco a poco se está sacando la cabeza. La mejora de las plantillas, nexo común una vez más. Luján no quiso centrarse en los cuatro últimos años pues «soy como el pájaro de Borges, vuelo hacia adelante pero mirando hacia atrás»; y apostó por centrarse en la docencia y en la investigación.

Gómez echó en falta un proyecto global que permita tener una institución «proactiva y no reactiva» porque la Universidad nació para ser palanca de la sociedad y debe poner a la Región en el centro; y Lozano apostó por hacer más protagonistas a cada una de las facultades, para ver lo necesario y lo urgente, dejando en un segundo lugar los ránkings internacionales.

Artal (que se quejó, de nuevo, de que el debate era más un monólogo que un diálogo) apuntó hacia el peligro de dejar de ser una universidad con peso en la sociedad para convertirse en un Community College marginal. Y Martínez le respondió que «hoy no es marginal», pero que la crisis ha hecho mella. «Tiene que cambiar y ahí están nuestras propuestas».

Fue durante la intervención de Artal, cuando éste comentó el déficit tremendo de la Universidad en bilingüismo, y comenzó a hablar en inglés, considerando que el debate debía haberse hecho en ese idioma, y preguntó a sus oponentes si ellos sabían inglés. Desde el público se le increpó que eso no tenía sentido, y ahí quedó todo.

’Universidad y sociedad’, cuáles son las relaciones

En esta ocasión le tocó abrir el turno de palabra a Pedro Lozano, poniendo el acento en la formación de los estudiantes de cara a una mayor empleabilidad, que podía mejorar, gracias a su propuesta de una Oficina de Empresa, las relaciones con el mundo empresarial. Y el mecenazgo fue otra de sus propuestas, junto a una mayor difusión de la cultura que se realiza en la institución docente.

Artal apostó por una Universidad de referencia que esté imbricada en la sociedad gracias a una formación de calidad, generando comunicación y riqueza con proyectos-programa que logren que la idea se convierta en un hecho lo antes posible.

Para Luján había que abrir las puertas y ventanas hacia la sociedad, para servirla, fomentando la empleabilidad y la relación con todos los agentes económicos y echando manos de los antiguos estudiantes o profesores jubilados; y José Antonio Gómez defendió acercar la Universidad a barrios y pedanías, un plan de investigación con el horizonte 2030, y romper los techos de cristal.

Martínez Navarro apostó por dar más protagonismo al Consejo Social e incrementar las prácticas en las empresas, y destacó cómo una empresa francesa había optado por venir a Murcia atraído por la Universidad, aunque reconoció que también por los «bajos salarios»; a lo que Artal le contestó «preferiría que se instalaran aquí porque sabemos más que por los bajos salarios».

PAS, gestión económica e Infraestructuras

Si hubo un punto donde más se asemejaron los programas fue en este, ya que todos los candidatos coincidieron, con matices, en la necesidad de dar un giro a la situación del Personal de Administración y Servicios (PAS): estabilizando la plantilla y poniendo en marcha una carrera profesional. También abogaron por un Plan de Financiación que se acerque más a la necesidades de la Universidad y mejorar las infraestructuras actuales dando un empujón a las pendientes, como el Campus Ciencias de la Salud ( Lozano en eso insistió varias veces).

Artal, de nuevo, se ‘salió del plato’ al denunciar la práctica del «compadreo» en la universidad, que ha afectado «a todos los colectivos» y que había que desterrarla de una vez. «Yo me he negado a firmar cartas de colectivos que me piden cosas antes de ganar para comprometerme, ¿y vosotros?». No obtuvo respuesta. Y Luján sorprendió apostando por mantener el Rectorado en la Convalecencia.

Para todos, la Gobernanza: más transparente, simple y accesible.

Cuerpo Docente, PDI y políticas de investigación

El cuarto bloque del debate lo abrió José Luján, quien destacó que había que dar un giro a la situación actual: entre 2016-2017 casi la mitad de la plantilla de Docencia e Investigación eran asociados «y eso no es bueno», como tampoco el no haber podido sustituir a los profesores jubilados. Para este candidato también se hacía imprescindible «atraer talento nuevo que de más visibilidad en investigación a la UMU» y desburocratizar la labor investigadora, que también suscribieron otros candidatos. Con un «hasta aquí hemos llegado» rechazó Gómez la situación de los PDI, y apostó por un Vicerrectorado de Transferencia y Sostenibilidad y mejorar la productividad en publicaciones.

Un «aburrido» Artal, quejoso de que no se le respondiera a las preguntas, defendió que para acabar con la precariedad y el envejecimiento se tenía que apostar por el fomento del talento, para lo que su equipo había creado el plan 30/30, que permite recuperar para la UMU a 30 jóvenes líderes en sus materias de 30 años para generar dinero con la investigación; y pelear por los fondos Europeos en Bruselas.

Martínez consideró que había que esforzarse en recuperar el talento que se había ido dignificando las retribuciones a los investigadores; y crear un programa de tutorización y asesoramiento específico para aquellos que quieran comenzar; renovando los equipos obsoletos. Para Lozano una respuesta estaba en la captación de recursos potenciando los proyectos multidisciplinares y programas-contrato postdoctorales; así como impulsar las TIC.

Estudiantes, Asociaciones y organización

Tal vez la parte más ‘lucida’ del debate, donde todos expusieron la necesidad de no dejar a ningún estudiante atrás por falta de medios: unos apostando por becas-salario (Artal); otros bonificando el 99% de los créditos de las asignaturas aprobadas (Martínez), aumentando las becas (Lozano); bajar el precio de las matrículas (Luján) o regular el derecho al paro académico (Gómez). Si bien todos suscribieron estas iniciativas, como también hubo coincidencia en crear una Casa del Estudiante como centro neurálgico al que pudieran acudir los alumnos.

No faltó la alusión a la necesidad de mejorar el aprendizaje de idiomas para ganar en internacionalización. «Me obsesiona este problema», llegó a decir Artal, quien preguntó al resto de los candidatos si estarían dispuestos a coger la maleta y «pasar de Albacete» hasta llegar a Bruselas a pelear por convenios que trajeran más dinero: «Yo sí», dijo y Emilio Martínez le contestó: «Hombre, yo también, pero ademas de pedir dinero hay que luchar por reformas legales que permitan gastarlo».

Dos preguntas para cada candidato

Cada candidato finalmente contestó a dos preguntas que llegaron al Club de Debate: A Pablo Artal le tocó explicar por qué está en contra de las fiestas estudiantiles: «porque son macrobotellones que terminan con la gente por los suelos y no podemos permitirnos esa imagen, se pueden hacer otras cosas». José Luján tuvo que responder a una pregunta sobre profesores asociados, presupuestos y Comunidad Autónoma: «Es deber de la Comunidad y de las autoridades financieras dotar de un presupuesto a la UMU que le permita cumplir con sus funciones docentes y de investigación». La ‘venia docendi’ le tocó a José Antonio Gómez, quien dijo estar a favor siempre que no interfiriera en el plan departamental. Pedro Lozano defendió que la gestión y financiación de los másteres estén en manos de las facultades ; y Emilio Martínez tomó «con cautela» la teleformación, porque la UMU es «presencial», si bien entendió que en los estudios de máster se podía ser más flexible.