Maruja Cuenca, la madre de la mujer asesinada en Orihuela y cuyo juicio contra el acusado comenzó ayer, mostró su férreo deseo de que «cumpla la máxima pena y esté encerrado toda su vida. Espero que haya Justicia, y, aunque no se le pueda imponer la prisión permanente revisable -al cometerse el delito antes de la reforma del Código Penal-, que esté en prisión».

Su crítica llegó por la lentitud del proceso judicial, ya que el caso data de hace más de tres años y «debería haberse juzgado en seguida, o un año después como mucho. Ahora, que parece que empiezo a estar relajada, hay que revivirlo todo, y estoy enterándome de cosas que no sabía. Hasta ayer no me habían dicho lo de la agresión sexual».

Por tanto, espera que cumpla al menos los 28 años de prisión que pide el fiscal. «Las personas que matan deben estar toda la vida en la cárcel. Imagínate que queda libre, y el miedo de que salgan mis dos nietos o yo a la calle. No podríamos estar tranquilos», concluyó.