Compra del alimento

Cuando compre alimentos asegúrese de que sea en establecimientos de confianza.

Preste atención al etiquetado, que la etiqueta esté escrita en español, lea legible y contenga información completa sobre la identificación del operador, lote, fecha de consumo, ingredientes, alérgenos, etc. Por no llevar etiqueta no es más sano ni más natural sino menos seguro.

Para no romper la cadena de frío los últimos alimentos que compre deben ser los perecederos que necesitan refrigeración o congelación para conservarse, para los que tiene que utilizar bolsas térmicas para su transporte hasta casa.

Conservación del producto

Almacene los productos en el frigorífico respetando la temperatura que requiere cada uno. Los perecederos, como pescado y carne, deben estar en la parte más fría del frigorífico (por debajo de 5ºC).

No conservar los productos frescos y crudos más de tres días.

No almacene productos crudos de origen animal con los de origen vegetal, ni productos crudos con cocinados.

Los alimentos que contengan huevo no cocinado (salsas, mayonesas, alioli...) deben guardarse de inmediato en el frigorífico.

Preparación del alimento

Lávese correctamente las manos antes de prepararlos.

Verifique que los alimentos están en buen estado antes de consumirlos.

Durante la preparación y el cocinado procurar que no entren en contacto alimentos poco elaborados y más limpios, que se pueden contaminar, con otros alimentos, envases o útiles más sucios.

Consumo de los productos

Antes de consumir frutas y verduras, sobre todo crudas, lavarlas muy bien y si es posible higienizarlas con unas gotas de lejía de uso alimentario.

No consuma alimentos crudos que no han sido conservados a la temperatura adecuada.

Cuando acuda a establecimientos de comidas preparadas, bares o restaurantes, es importante que se observen buenas prácticas en el personal y en la manera de disponer los alimentos al público, sobre todo que se encuentren bien protegidos de la contaminación ambiental (polvo, toses...) con adecuadas vitrinas expositoras y con la temperatura suficientemente baja.

En cuanto los alimentos cocinados alcancen la temperatura adecuada, introdúzcalos en el frigorífico protegidos con envases herméticos.

Con los alimentos perecederos intentar que transcurra el menor tiempo posible entre la preparación y su consumo.