La instalación de bolardos y grandes maceteros en las principales plazas y zonas de mayor tránsito de la capital para evitar atentados terroristas con atropello a peatones como el sufrido en Barcelona siembra la incertidumbre entre los cuerpos de seguridad y emergencias. Más aún tras la incidencia registrada el pasado miércoles, cuando una mujer resbaló por el agua de la lluvia en la Plaza Belluga y los maceteros colocados en las inmediaciones dificultaron el acceso de los servicios sanitarios.

Fuentes consultadas en los servicios de emergencias sanitarias se preguntaban qué podría ocurrir ante un suceso más grave.

En este sentido indicaron que el material con que trabajan es a menudo pesado y no pueden recorrer a pié amplias distancias. Es más, añaden, hay casos en los que la vida de una persona puede depender de un minuto.

Una de las quejas que se extiende entre todos los cuerpos de emergencias, incluyendo tanto a sanitarios como a bomberos y policía, es la desinformación. «Nadie nos ha informado de nada», aseguran desde un sindicato policial, nos hemos encontrado con una situación que nos ha sobrevenido.

Con la Feria de Murcia ya en marcha, los agentes que patrullan las calles desconocen cómo deben actuar ante ciertas circunstancias porque, aseguran, no se les ha trasladado ningún protocolo. Respecto al incidente ocurrido el pasado miércoles sí piden que los bolardos «se puedan poner y quitar», en lugar de los pesados maceteros que se han instalado en buena parte de la ciudad.

Y no solo de la ciudad. La situación, añaden, no se circunscribe sólo a Murcia sino que se puede extender a toda la Región. Por poner un ejemplo, señala una de las fuentes consultadas, para acceder al paseo marítimo de Mazarrón sólo se ha dejado abierto un acceso, con el riesgo que eso puede conllevar en caso de tener que actuar en una situación de emergencia.

La mayoría sí coincide en que tal tipo de medidas preventivas pueden ser asumibles en días puntuales, como los que vive Murcia con motivo de las fiestas, pero no deben extenderse más allá de esas fechas.

De momento, el sentimiento más generalizado es el de incomprensión. «Decimos a gritos que no tenemos miedo, que no nos van a cambiar nuestra forma de vida y, sin embargo, ya la estamos cambiando», afirma uno de los miembros de emergencias consultados. Quizás, añade un compañero, «tengamos que lamentar algún hecho grave precisamente por un exceso de sobreprotección».

Polémica Se llevan jardineras de edificios privados

El Ayuntamiento ordenó retirar los bolardos municipales del Paseo Florencia para luego colocarlos en La Fica y el Cuartel de Artillería, pero los operarios también se llevaron jardineros que los propios vecinos de algunos edificios de la zona habían comprado con su dinero, según denunció un portavoz vecinal. Pronto comenzaron a mostrar su indignación y a exigir que se los devolviesen. Ahora Murcia fue el primero en denunciar «el robo» y después fue Juan José García, presidente de la Junta Municipal de Santiago el Mayor, quién exigió la reposición. La respuesta fue la sustitución por otros jardineros «de plástico y más pequeños».