La Policía Nacional investiga la muerte de un hombre de 57 años cuyo cuerpo fue encontrado el martes enrollado en una sábana en su casa de Espinardo.

El cadáver, en estado de descomposición, llevaba días en la vivienda, un segundo piso del Residencial Almudena, en la calle Antonio Rocamora de la citada pedanía. Fueron los vecinos de abajo los que dieron la voz de alarma, después de que en su toldo comenzase a chorrear algo que les pareció sangre.

Al lugar se desplazaron agentes de la Policía Nacional, que encontraron el cuerpo del hombre envuelto en una sábana y tirado en el suelo. Después de que el juez autorizase el levantamiento del cadáver, este fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, para practicarle la autopsia.

Residentes en la urbanización, una zona con piscina a la entrada del pueblo, colindante con la avenida Juan Carlos I de Murcia, explicaron que habían llamado en numerosas ocasiones a la Policía por las fiestas que la víctima montaba en su casa. Asimismo, indicaron que la víctima solía recibir en su vivienda numerosas visitas "de amistades", y que incluso alquilaba habitaciones, siempre a gente más joven.

Los vecinos comentaron que la víctima, propietario del piso, en el que llevaba más de una década, era un hombre retraído que solía salir a pasear con su perro y "siempre saludaba".

Una vecina residente en la primera escalera (la víctima vivía en la tercera) relató que la semana pasada vio en el trastero de este hombre a dos personas "con mala pinta" que no le dieron buena espina.

"La semana pasada los vi. Vi a dos personas, amigos de el, que estaban en el trastero de este señor. Yo creo que, si lo mataron o pasó algo, pasó esa misma noche, el domingo», elucubró esta mujer. Los describió como «una chica rubia y un hombre castaño, que estaba sentado en la moto de él (de la víctima). Parecían un poco raros y no me encajaban».

En el puente del 15 de agosto tuvo lugar otro episodio en la urbanización. Un chico que fue a buscar al hombre, narran los vecinos. llegó a «romper la puerta» de la entrada del residencial. «Dicen que este chico durmió toda la noche en el césped» de enfrente del edificio, tras proferir insultos contra la víctima.

Fuentes de la investigación apuntaron que podría tratarse de un crimen pasional, aunque tampoco se descarta la hipótesis del robo o incluso la de la muerte natural.