Una de las dudas que más se han planteado por el cierre del matadero clandestino de conejos en el restaurante Los Arroces de Segis es por qué el restaurante en el que se encontraba sigue abierto. El director general de Salud Pública, José Carlos Vicente, explicó este jueves a esta Redacción que "la actuación se ha desarrollado por el matadero ilegal, ya que no cumplía los requisitos exigidos y por ello se ha abierto el expediente administrativo". Este expediente lleva un procedimiento de instrucción con las actas que levantaron los inspectores de Seguridad Alimentaria que se personaron en el restaurante, aunque la empresa puede presentar alegaciones.

"Son dos actividades distintas y por ello no se puede clausurar el restaurante", indicó Vicente, quien aseguró que el local está sometido a todos los controles y cumple con las normas, por lo que, en principio, no ha infringido ninguna ley. En este caso recordó que "desde Salud Pública siempre velamos por la salud de los ciudadanos para garantizar que los alimentos que consumen llegan con la máxima seguridad a sus mesas".

Por ello, la carne de conejo que fue inmovilizada ha sido incinerada, ya que está considerada un residuo de categoría 2 y tampoco se puede destinar a la fabricación de alimento para animales.

Escena "tremenda"

La escena que se encontraron los investigadores tras acceder al sótano de este restaurante fue «tremenda», ya que los trabajadores que se encontraban dentro habían degollado y amontonado en el suelo más de un centenar de conejos antes de que pudieran entrar.

Este periódico se puso hoy en contacto con un responsable de Los Arroces de Segis, que prefirió no hacer declaraciones sobre este asunto. El local sigue abierto y atendiendo a la gente con normalidad.

Expediente sancionador

Desde la Consejería de Salud se está tramitando un expediente sancionador al local por tener un matadero clandestino, sanción que se sumará a la que está tramitando también la Consejería de Agricultura, a través de Sanidad Animal, por un delito de maltrato animal.

Los criaderos y mataderos de conejos tienen su propio registro y están regulados por la normativa regional.