Él dice que no es un violador, aunque acusado de violar lo arrestase la Policía. Jesús, el indigente de 42 años acusado de retener y agredir sexualmente hace unos días a una mujer (y hace un año a dos más), está en libertad y sigue viviendo, como desde hace un lustro, dentro de la Muralla Islámica del parking público de la Plaza de la Glorieta de Murcia. El acusado, que lleva ya esos cinco años durmiendo dentro del garaje, fue puesto en libertad y cuenta que la medida que tiene es «una orden de alejamiento y tener que personarse el día 2 de cada mes en dependencias policiales para firmar. Nada más».

Lo que él sostiene es que la víctima, de 54 años, fue invitada por él al parking, donde convivieron un par de días. Ella denuncia que Jesús es un violador, que la raptó durante 24 horas y que le quitó el móvil para que no pudiese pedir ayuda.

El sospechoso (aún no le han hecho el juicio, sólo pasó por el Juzgado de Guardia), pese a haber sido reconocido claramente por la víctima, niega ser un violador.

«Yo puedo decirte que no he tenido retenida ni he violado a ninguna mujer. No la conocía de antes. Si tengo que dar una manta o comida se la doy a quien haga falta, porque quizás soy el que más tiempo lleva viviendo en la calle. En ningún momento mantuve relaciones sexuales con ella ni la forcé, no sé lo que le pasa a esa mujer. Tengo testigos que dicen que en los días que estuvo conmigo salimos varias veces de aquí y no estaba siendo maltratada», comenta el hombre.

Se escuda en que la mujer, siempre según el testimonio del presunto agresor, también habría propuesto a otro amigo suyo mantener relaciones sexuales. Añade que la víctima, según él, «ha dado versiones distintas». Dice que eso se lo han dicho «la fiscal y la jueza».

Fuentes cercanas indicaron que en el Juzgado de Guardia se soltó al indigente porque no resultaron concluyentes las pruebas forenses de la víctima.

Jesús, de Lorquí, cuenta que actualmente tiene problemas de herencia con algunos familiares, y suelta que no puede entrar ni ir a su pueblo «por asuntos y problemas políticos». También tiene una hija que, siempre según el presunto violador, desde que saber que vive en la calle no quiere saber nada de él.

«Tengo amigos policías»

Los trabajadores del parking de la Glorieta conocen al presunto implicado y saben dónde duerme. Y el caso es que duerme (y vive) en un lugar de titularidad pública. Sigue pernoctando ahí tras las acusaciones de violación. Después de la denuncia de la víctima (el 26 de junio), la Policía se puso manos a la obra. El trabajo de la UFAM fue tan impecable que al presunto agresor sexual se le detuvo al día siguiente. En su poder encontró la Policía el móvil de la mujer, el mismo teléfono que ella contó que él le había quitado para que no pidiese ayuda.

El indigente manifiesta ser consciente de lo que está suponiendo esta situación polémica en la ciudad de Murcia. «Lo que pasó con esta chica no sé seguro cómo se ha plasmado en los medios, pero tengo varios amigos policías que me han comentado lo que está saliendo en la prensa», relata.

Aprovecha para pedir que los políticos ayuden a personas que, como él, viven en la calle.