Arrieros de la villa de Espinardo acudían en Murcia al mercado de la Plaza de San Julián, allá por el año 1800 y otros anteriores, con el fin de comprar el pimiento de las ñoras que los huertanos habían molido. Se trataba, en general, de pequeñas partidas que al cabo de la cosecha sumarían unas 5.000 arrobas, que se descomponían en cientos. Estos arrieros que acudían a este mercado de los jueves serían los primeros exportadores que abrieron mercados más allá de donde llegaban las recuas y los carreteros que se ocupaban del transporte, a los célebres mercados de Quintanar de la Orden (Toledo), Tiedra (Valladolid) y Toro (Zamora), incrementándose y extendiéndose totalmente este comercio.

A principios del siglo XIX, algunos espinarderos dedicaron sus esfuerzos al comercio con tenaz empeño, y algunos de ellos, de pueblo en pueblo, con las alforjas en el hombro y la casta en el brazo, vendiendo sedas y libras de pimentón. La exportación de frutas al extranjero se estableció en el pueblo; pero estaba escrito que la industria y el comercio del pimentón había de constituir, no solo a la riqueza y nombradía de Espinardo, sino a una de las fuentes más valiosas, quizá la que más, de la vega murciana. Entre las primeras Casas exportadoras en estos primeros años encontramos la Casa Albarracín y Alemán, siendo la más antigua de Espinardo, dedicada a la exportación de pimiento molido y frutos del país. Data del año 1848, en que su antecesor Juan José Albarracín, se consagró a la especulación de cáscara en rama, dedicándose a la exportación para la península. Diez años después, alcanzaba como máximum de negocio anual la cifra de 50.000 kilogramos, que en aquella época era considerada como excesiva, porque no había medios de comunicación y el pimiento molido apenas se conocía fuera de Castilla, haciéndose las transacciones por caballerías y cosarios, y a cambio de mercancías la mayor parte de las veces.

En 1830 falleció D. Juan José Albarracín, formándose entonces la sociedad de Albarracín y Alemán, que la constituían D. Antonio Albarracín, hijo de D. Juan José, y su hijo político don José Alemán Martínez, los que llegaron a vender en sus primeros años, a fuerza de propaganda y desvelos, 100.000 kilogramos, aumentando paulatinamente esta cifra gracias a la laboriosidad de los socios. En 1894 entró a formar parte de la Sociedad D. José María Albarracín, hermano de D. Antonio, no habiéndolo hecho antes por su corta edad, a pesar de su suficiencia para ello, por estar viajando desde los quince años. D. J osé María Albarracín Tudela fallecía el 4 de febrero de 1924.

En 1886, la Casa Albarracín y Alemán, de Espinardo, instala en sus almacenes las primeras piedras o muelas de cantera, movidas por motores de gas de aceite. También instala dos hornos para torrar los pimientos antes de moler. En 1888, la casa que obtenía la medalla de oro por pimiento, en la exposición de Barcelona, era la de Albarracín y Alemán, de Espinardo.

En 1904, falleció D. Antonio Albarracín, ingresando en la sociedad su hijo mayor D. Juan José. Estos elementos jóvenes, dieron más impulso al negocio y asesorados por su hermano político y tío respectivamente D. José Alemán Martínez, ensancharon día por día el negocio, aumentando el número de sus representantes, alcanzando la cifra de 468.