La conducción bajo los efectos de las drogas se ha incrementado en los últimos años, según los datos hechos públicos periódicamente por la Dirección General de Tráfico (DGT), al igual que los accidentes provocados por conductores que han consumido estupefacientes. Por este motivo, Tráfico ha aconsejado a los ayuntamiento que realicen controles en las carreteras y les ha facilitado los kits con los que llevar a cabo las pruebas.

Uno de los ayuntamientos que está haciendo estos controles es el de Murcia, a través de su cuerpo municipal de Seguridad, que ya tiene encima de la mesa sus primeros resultados. El balance de la Policía Local a este respecto, al que ha tenido acceso esta Redacción, revela que el 75% de los conductores que se sometieron a las pruebas dieron positivo en distintos estupefacientes. En el último trimestre del año pasado, los agentes llevaron a cabo 30 controles con 42 pruebas, de las que 32 fueron afirmativas. Mientras, de enero a marzo de 2017, esa cantidad experimentó un aumento considerable. Así, los agentes llevaron a cabo 97 pruebas en 48 controles, de las que 72 arrojaron un resultado positivo, casi el doble de las cifras obtenidas en el trimestre anterior (en total, en los seis meses se realizaron 130 pruebas con 104 conductores dando positivo en drogas).

En cuando a las sustancias que habían consumido, destaca los que dieron positivo en THC (también conocido como tetrahidrocannabinol, que es el agente químico que provoca los efectos psicológicos de la marihuana). Esta droga puede provocar alucinaciones y delirios en el consumidor, así como cambios en su forma de pensar. En esa sustancia dieron positivo 46 conductores frente a los 37 que lo dieron en cocaína. Los agentes descubrieron a 13 conductores que habían ingerido ambas drogas y a otros tres con cocaína y otros opiáceos. Además, otros dos habían consumido cocaína y anfetaminas y dos más cocaína y Bzo (una sustancia de uso médico para el tratamiento de la ansiedad).

Los controles se llevaron a cabo mediante test de saliva, tal y como establece la ley, utilizando para ello equipos especiales. Los agentes realizaron un primer test y, si este arroja un resultado positivo, se hace un segundo análisis que se envía al laboratorio forense para confirmar los resultados. Los conductores de vehículos a motor, ciclomotores y bicicletas tienen la obligación legal de someterse a este tipo de pruebas, tanto en controles preventivos como si cometen una infracción o están implicados en un accidente, y negarse a ello supone un delito castigado con penas de prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir entre uno y cuatro años.

Si un test de drogas da un resultado positivo y no se ha cometido una infracción penal, el conductor será sancionado con una multa de 1.000 euros y la supresión de 6 puntos del carné de conducir, y su vehículo quedará inmovilizado.