«Amnesia periepisodio con alteración de la memoria anterógrada. Atención mantenida. Discurso enlentecido y coherente. Fatigabilidad intelectual. Astenia. Abulia. Tristeza y decaimiento. Llanto fácil».

Es lo que se puede leer en el informe del forense que sufre Andrés Martínez, el joven de 28 años de edad que en diciembre acabó en la UCI por el puñetazo que le propinó un portero de discoteca en la plaza Santa Isabel. En el documento, al que ha tenido acceso LA OPINIÓN, se detalla que la víctima del caso 609 tiene también la mímica y la motricidad «enlentecidas» como consecuencia del golpe. Se le aconseja «tratamiento médico, quirúrgico y rehabilitador», que ya está recibiendo.

La amnesia anterógrada es un tipo de pérdida de memoria, donde los nuevos acontecimientos no se guardan en la memoria a largo plazo, es decir, la persona afectada no es capaz de recordar algo si deja de prestarle atención unos segundos, pero no necesariamente la memoria a corto plazo.

Aún faltan pruebas y, sobre todo, tiempo, para determinar si las secuelas que tiene el joven tras la agresión pueden llegar a ser permanentes.

Ahora el informe es remitido a la titular del Juzgado de Instrucción Número Nueve de Murcia. «Es posible que las secuelas que ahora se recogen se vean modificadas o algunas desaparezcan», detallan los forenses.

Días después de acudir Andrés al Instituto de Medicina Legal a que lo viese un forense, hacía lo mismo su agresor, Hristo. Días después, declaraba voluntariamente ante la juez que lleva el caso y le contaba que el día de los hechos había tomado coca. Además, señaló que los responsables de Grupo Temporáneo les decían a los porteros que, aunque no estuviesen de servicio (como él aquel día), tenían que apoyar a sus compañeros, y que por eso actuó, algo que la empresa niega. El hombre, de 40 años, está en prisión provisional, una medida que su defensa considera excesiva.