La revista Nazarenos de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno del año 2015 publicó la biografía del escultor Francisco Salzillo, transcrita por el historiador y académico Antonio Martínez Cerezo del original manuscrito de Diego Antonio de Rejón Silva. En el inventario sobre la obra del escultor barroco murciano figuraba un párrafo referente a mi pueblo: «En la iglesia del Cabezo del Esparragal, partido de la Huerta de Murcia, una Virgen de los Ángeles con el Niño en los brazos y S. Francisco arrodillado». En el pueblo nos hicimos eco de aquella publicación, que agradecimos a Martínez Cerezo, porque, en efecto, siempre se había hablado de que la primera imagen de nuestra patrona podría ser de Salzillo.

Aquella primera imagen, en realidad un grupo escultórico, se perdió durante la Guerra Civil, quedando solo («milagrosamente», no faltará quien diga) la mano derecha de san Francisco, que se entregó al escultor Juan González Moreno cuando, en 1943, una comisión de vecinos, presidida por el alcalde pedáneo, le encargó una copia en madera del grupo escultórico original, cuya foto se conservaba y que se entregó junto a la mano de San Francisco al citado escultor. En el contrato, que todavía se conserva enmarcado en nuestra iglesia parroquial, se puede leer que «las dimensiones serán, tomando como base la mano derecha del san Francisco del Grupo desaparecido, la cual se entrega al citado Escultor, y deberá quedar colocada en la nueva Imagen del Santo».

En el mencionado contrato se subrayan, curiosamente, las características salzillescas que ha de tener la nueva obra. Así, se dice que: «Se compromete el citado escultor a que el grupo sea lo más exacto posible al original, según la fotografía, teniendo en cuenta que se trata de una copia y no de una concepción nueva; haciendo resaltar el estilo salzillesco». Y también «que la policromía será a base de buena pintura; oro, los galones de la ropa y demás partes doradas, y nunca a base de corlado; y estofa el Vestido y Manto de la Virgen, el vestido del Ángel y todas aquellas partes que deban llevarla, según la fotografía y el estilo de Salzillo».

Pues bien, el nuevo grupo escultórico llegó al pueblo en 1944 y unos años más tarde, en 1957, se hizo la solemne coronación de la Virgen de los Ángeles, de la que este año se celebra el sesenta aniversario. Es una buena ocasión para que, con los citados antecedentes, los expertos se interesen por esta obra y, previos los oportunos estudios, se reconozca, en su caso, esa mano de San Francisco como obra de nuestro universal imaginero. Y es que, si el grupo escultórico inicial corrió tan fatal suerte en aquella aciaga guerra nuestra, esa mano, salvada «de milagro», merece, en justo desagravio, todos los honores.