Lucía G. C., la joven de 20 años de edad que recibió una paliza el pasado mes de enero en la puerta del bar La Boca del Lobo, en Murcia, señaló hoy, en su declaración ante la juez que lleva el caso, que tiene miedo de que le vuelvan a pegar por la calle.

La chica comparecía en calidad de testigo ante la titular del Juzgado de Instrucción Número Cinco, en las dependencias de la Ciudad de la Justicia. Volvía a declarar lo mismo que ya manifestó tras lo sucedido, y dijo que reconoció a sus agresores por el vídeo.

Según consta en la declaración que Lucía hizo endependencias policiales tras la agresión, «antes de ir al centro médico de San Andrés, acompañó a varios agentes en el coche patrulla y, cuando se encontraban frente al pub Repúblika, reconoce a un grupo de unos siete u ocho chicos que se encontraba fuera del local como los que participaron directamente en su agresión». También reconoció entonces que «en el pasado mantuvo relación» con grupos de extrema derecha, aunque, según su testimonio, ya no lo mantiene.

En su comparecencia de hoy, la chica insistió en que teme volver a sufrir una agresión si es reconocida. Tras viralizarse en Internet el vídeo en el que le pegan, se generó en la Red un caldo de cultivo en el que personas extremistas se cruzaron acusaciones.

Algunas de estas personas, simpatizantes de ideología neonazi, hablaron de bajar a Murcia y «liarla» a modo de represalia por haber golpeado un grupo de ´antifas´ a Lucía. Tanto ruido hizo la amenaza que el propio ministro del Interior, José Ignacio Zoido, anunció la puesta en marcha de un operativo policial especial, con el fin de repeler posibles agresiones de odio.

El operativo se puso en marcha, y numerosos agentes blindaron la zona de La Merced y las tascas, en una noche en la que bajó la afluencia en los bares.

Lucía está ahora «mal emocionalmente», detallan fuentes cercanas. Se encuentra muy preocupada, duerme mal y siente miedo a ir por la calle. A mitad de marzo está citada en el Instituto de Medicina Legal, donde un forense determinará el alcance de sus lesiones.

Según el parte médico del Servicio de Urgencias de Atención Primaria del día de la agresión, la chica tenía «arañazos superficiales, hematomas subgaleales múltiples en la cabeza, un arañazo e el ojo derecho y fractura del segundo incisivo inferior».

La chica también indicó ayer que no siente odio hacia sus agresores. Que lo que quiere es Justicia.

Por su parte, el abogado de Alejandro E. S. (Topi) único joven que está en prisión por estos hechos explicaba hoy que no entiende por qué su cliente sigue encarcelado. Desde que el joven ingresó en la cárcel, colectivos de corte antifascista reclaman su puesta en libertad. «Porque la autodefensa no es un delito», se lee en la consigna difundida por Coordinadora Antifascista del Sureste.