Navidad y folclore huertano se funden otro año más en el Secano de El Raal. Un recorrido ya tradicional en estas fiestas que permite a todos los visitantes viajar al día del nacimiento de Jesús.

Las calles se convierten en un Belén Viviente, en el que más de un centenar de voluntarios recrean una veintena de escenas diferentes de los pasajes del Nuevo Testamento.

Una ruta que comienza con unos pequeños pastorcitos amasando pan y con aroma a castañas recién asadas. Un poco más adelante, varios pescadores faenan al son de los villancicos, que mezclan el sonido moderno con el de los instrumentos hechos de caña.

Muy cerca se sitúa el portal de Belén. José y María cuidan a su recién nacido, Jesús, acompañados por varios niños. Al fondo del pesebre, una mula y un buey ayudan a calentar al niño.

Continuando el paseo se observa a dos jóvenes que se calientan cerca de la lumbre. Escapan de la mirada de dos romanos que custodian el palacio de Herodes y desafían a los visitantes.

A punto de concluir el itinerario se forma una cola para probar paparajotes y migas, recién salidos del fuego, y acompañarlos de un buen trago de mosto. Y es que el Belén es la unión de la tradición bíblica y la huertana.

La ruta concluye con los Reyes Magos, que aguardan las últimas cartas y escuchan los deseos de los pequeños.

Estará abierto mañana, lunes, y pasado mañana, y ya luego se pondrá en escena el 1, 4 y 6 de enero. Este día, de modo especial, ya que habrán venido los Reyes.

Lo organiza la Asociación de Belenistas de El Raal y cuenta con la participación de cientos de residentes en la localidad.