Una joven, vestida solamente con ropa interior negra, se dispone a clavar en la nalga de otra joven, esta con lencería blanca, una jeringuilla. La chica de negro mira a la cámara, mientras que la de blanco se muestra asustadiza y se lleva la mano derecha a la boca. Debajo de esta foto se puede leer: ´Fiesta de Bienvenida Medicina´. Porque esta imagen es la que ilustraba el cartel que anunciaba el festejo que tuvo lugar anoche en la discoteca Maná, en Murcia.

La profesora Eva Rubio, directora de la Unidad para la Igualdad de la Universidad de Murcia, calificaba ayer de «totalmente inaceptable» el cartel, al tiempo que lamentó «este tipo de publicidad» para la institución pública.

Estudiantes organizadores de la fiesta explicaron que ellos se limitaron a «vender entradas» con el fin de subvencionarse el viaje de estudios, al tiempo que remarcaron que «la fiesta la organiza la discoteca».

En cuanto a las mujeres que aparecen en el cartel, desmintieron categóricamente que se tratase de alumnas de la facultad. «Ni siquiera sé si existen o están hechas por ordenador», apuntaba una alumna de Medicina.

La entrada para la fiesta costaba 7 euros, con los que la persona tenía derecho a dos copas y una cerveza. La primera copa se podía tomar hasta la una y media de la madrugada. La segunda, ya durante toda la noche, según las indicaciones que se leen en el cartel, que hoy causaba un revuelo cuando comenzó a ser difundido y compartido en redes sociales.

El delegado de la facultad de Medicina, Francisco Ramos, dejó claroa este periódico que «como facultad, no hemos hecho nada». «Condenamos todo tipo de violencia», aseveró, al tiempo que remarcó que el cartel «es un reclamo machista que ha hecho la discoteca».

En el cartel de la fiesta se anunciaban también las actuaciones de Dlpin, Andy y Pablonez. Este último difundía el jueves la imagen en su página de Facebook, junto al texto «esta noche jaleo».

La presidenta de la asociación Mujeres Jóvenes de Murcia (Mujomur), Loola Pérez, tachó el cartel de «asqueroso» y dijo que «la publicidad sexista perpetua la violencia de género».

«La cosificacion del cuerpo de las mujeres es parte de la violencia machista», consideró Pérez, a lo que añadió que «se nos representa como objetos, se nos hipersexualiza en contextos profesionales y con ello se frivoliza sobre nuestras capacidades, habilidades y trayectorias laborales».

Asimismo, estimó que «la cifra de violencia machista en jóvenes es cada vez más alta y a esto contribuye la imagen social que los medios de comunicación y la publicidad crean de las mujeres».