La segunda sesión del juicio que comenzó ayer en la ciudad de la justicia de Murcia por el asesinato de una pareja de holandeses ha quedado interrumpido a las pocas horas de su inicia por el desvanecimiento del abogado defensor de uno de los cuatro acusados.

Este letrado, Melecio Castaño, que defiende a Constantin Stan, ha pedido al presidente del jurado que suspendiera la vista ya que sufría una bajada de azúcar y se iba a desmayar, lo que acto seguido ha ocurrido.

Con anterioridad, la fiscal del caso había expuesto sus planteamientos sobre la que va a ser su actuación en este juicio y ha dicho que tratará de demostrar la culpabilidad de los tres acusados del asesinato de la jugadora holandesa de voleibol Ingrid Visser y de su pareja Lodewijk Severein.

La representante del ministerio fiscal ha dicho que ambos murieron como consecuencia de los numerosos golpes que recibieron en la cabeza, y ha añadido que "no se puede tener una muerta tan horrorosa y más dolorosa como la que sufrieron aquel día".

Para la fiscal, no existe la menor duda de que los acusados les tendieron una trampa para acabar con sus vidas cuando el 13 de mayo de 2013 fueron trasladados a la casa rural ubicada en Molina de Segura donde fueron cometidos los crímenes.

La acusación particular, que ejercen las familias de Visser y Severein, afirma que los hechos son constitutivos de dos delitos de asesinato, por cada uno de los cuales, como hace la fiscal, pide 25 años de cárcel para Juan Cuenca, Constanti Stan y Valentin Ion.

El abogado defensor de Juan Cuenca, José María Caballero, ha rechazado el juicio mediático al que se han visto sometido los acusados y ha añadido que los hechos no ocurrieron como sostienen las acusaciones, como tratará de demostrar en el juicio.

Caballero ha añadido que Cuenca se vio presionado por Severein, que le mandó días antes de los hechos varios correos amenazantes exigiéndole el pago de una deuda de 60.000 euros.

En uno de esos correos, según este abogado defensor, el holandés le dijo a Cuenca que tenía contactos con la mafia rusa e incluso le mandó la fotografía de una pistola.

El defensor de Constantin Stan, Melecio Castaño, ha dicho, por su parte, que la participación de su cliente en los hechos solo se produjo cuando se procedió a enterrar los cadáveres en un huerto propiedad de Serafín de Alba, el cuarto acusado en este juicio.

Para Castaño, su defendido fue ajeno al doble crimen, ya que cuando ocurrieron los hechos se encontraba en el piso superior de la vivienda y no en el salón de la misma donde la pareja de holandeses encontraron la muerte.

El abogado de Valentin Ion, Fermín Guerrero, ha señalado que su cliente participó en los hechos que se juzgan pero que su intervención no tuvo la entidad que mantienen la fiscal y la acusación particular.

Guerrero ha dicho que su defendido está arrepentido por lo ocurrido y que Visser y su pareja nunca debieron morir, pero que cada uno de los acusados debe ser castigado por lo que realmente hicieron y no por lo que se les atribuye.