­Pepe Reina, tallador y propietario de ´Artesanía en Cristal Reina´, se acercó al oficio a través de un vecino que le pidió ayuda para limpiar copas. A los 17 años su maestro dejó la talla, y su padre le compró el taller para instalarlo en su casa. Ahora lleva más de 50 años trabajando.

¿Qué se necesita para ser tallador de cristal?

Se requieren ciertas cualidades, como una buena vista, un buen pulso, mucha imaginación y creatividad, así como manejar la buena escritura. Levantarse cada día con mucha ilusión, ir mejorando y perfeccionar el trabajo.

¿Cuál es la figura en la que ha encontrado mayor dificultad?

En las caras de las personas. Es algo que aprendí en la Real Fábrica de Cristales de la Granja, donde he estado dando clases de talla. Unos maestros checos vinieron a enseñarnos su trabajo, y de ellos aprendí, gracias a la Dirección General de Artesanía y Comercio que me ayudó a pagar el curso. Después traje a los maestros a la Feria de Artesanía de la Región para que hicieran una demostraración. Con ellos desarrollé mi lado artístico.

¿En qué situación se encuentra la talla en Murcia?

Prácticamente existe por nosotros, porque se ha perdido la forma clásica de las cristalerías, de las vajillas, que antes se vendían mucho. En un mes vendía 20 cristalerías. Hoy vendo una en seis meses.

¿Ve futuro en el oficio, con gente joven que siga estos pasos?

Es muy difícil, un oficio que debe pasar de generación a generación. Yo soy maestro de mis tres hijos que saben tallar y llevan mi empresa. La gente puede venir a ver cómo trabajamos. Tiendas como la mía ya no existen en España.