El hábito de usar corbata en verano sale caro. Aunque cada vez hay más hombres que dejan de ponerse esta prenda e incluso prescinden de la chaqueta en los meses más calurosos, los dos o tres grados adicionales que hay que bajar el termostato para hacer llevaderas las normas tan arraigadas del protocolo masculino encarecen el recibo de la refrigeración un 30%, según los cálculos del presidente del Gremio de Instaladores de Frío y Calor, Juan de Dios Gómez Vicente. De acuerdo con sus estimaciones, enfriar un local de cien metros cuadrados durante una jornada de trabajo de siete horas al día sale a unos siete euros, pero el coste casi se duplica cuando la subida de los termómetros va acompañada por una falta de protección frente al sol en edificios acristalados o provistos de fachadas de metal, alcanzado los 13 euros. Aunque la cantidad puede no resultar escandalosa, alcanza cifras astronómicas si se aplica a construcciones con varios miles de metros cuadrados en varias plantas.