«Subir la cuerda no me supone mucho. Para mí es peor tener que saltar 1,20 metros porque soy pequeña». Así describe Ana Soler, una aspirante a bombera de 37 años, cómo ve ella las pruebas físicas a las que se va a enfrentar en las oposiciones de bombero que ha convocado el Ayuntamiento y a las que se presenta por primera vez (las pruebas se harán tras el verano). Pese a estrenarse en Murcia, esta joven sabe lo que es examinarse para un cuerpo como el de bomberos, que exige una intensa preparación física. «Ya me he presentado a las de Málaga, Almería y a las del Consorcio de la Región de Murcia. Creo que es el momento que entre ya una mujer en el parque de bomberos de Murcia», comenta Soler, que como cualquier otro aspirante entrena todos los días, salvo los domingos, y va a una academia para prepararse el temario. Cuenta con buenos maestros, ya que ha confiado su preparación a varios bomberos de Murcia, que dan clases a los que se van a presentar a esta oposición. Esta aspirante sabe que aquellos o aquellas que no hayan sido deportistas a lo largo de su vida lo van a tener difícil. «He hecho judo y mucho deporte, si no es imposible ni siquiera plantearte hacer una oposición así», afirma. En este camino, en el que hay momentos muy duros -ella trabaja y tiene que sacar tiempo de donde sea-, cuenta con el apoyo de su pareja, su familia e incluso de sus compañeros de trabajo. Precisamente, en la tienda en la que trabaja - Intersport Tovarsport de Thader- tiene un compañero que el día de las pruebas será su rival, ya que también está preparándose. Este aspirante, de 26 años, coincide con Ana en que las pruebas físicas son muy duras. «Te piden los tiempos de un atleta, pero al mismo tiempo tienes que tener una fuerza tremenda», dice. Al igual que su compañera, siempre ha querido ser bombero, un sueño que les une y en el que se apoyan cuando alguno flaquea. Tal y como hacen los bomberos en su trabajo.