Ha reconocido haber abusado sexualmente de nueve niños, escolares de Primaria que eran alumnos suyos. Le ha caído un año de cárcel por cada menor, pero no pisará la cárcel.

El juicio contra Roberto P. S. quedaba hoy visto para sentencia, tras una conformidad de Fiscalía, acusación particular y defensa. El Ministerio Público solicitaba en principio para el procesado cinco años de cárcel, mientras que la acusación particular pedía más de tres décadas.

Tras horas tratando de alcanzar un acuerdo, en pasillos y salas del Palacio de Justicia, en Ronda de Garay, la sala se constituyó para exponer el acuerdo de conformidad y escuchar al acusado.

El juicio estaba previsto que comenzase a las nueve y media de la mañana. A la una menos cuarto comenzó, en audiencia pública (significa que puede entrar todo en mundo a presenciarlo). En la sala estaban presentes padres de los niños que fueron víctimas de este docente, que daba clases en El Palmar (Murcia).

"Sí", pronunció en voz alta el acusado cuando el magistrado le preguntó si reconocía los hechos.

Se le aplican dos atenuantes: la reparación parcial del daño (ya ha indemnizado a sus víctimas con parte del dinero que ha de darles) y la "ralentización del proceso" (los hechos que se juzgan ocurrieron en 2011).

El magistrado presidente de la sala dijo al acusado que esta circunstancia se había producido "por la abrumadora carga de trabajo de los tribunales, es algo ajeno a usted", y habló de "dilaciones indebidas".

Las víctimas son ocho niñas y un niño. El condenado habrá de indemnizar a cada uno de los menores con 2.200 euros. También tendrá que hacerse cargo de las costas, fijadas en 3.000 euros.

Roberto P. S. no ingresará en prisión porque no se suman los años a los que le han condenado (que serían nueve, de hacerse el cómputo). Cada una de las penas es de un año, y con un año no se entra en la cárcel. Al profesor lo condenan nueve veces a un año, no a nueve años. Esto pasa por la última reforma del Código Penal.

Cuando fue detenido, en 2011, el Juzgado de Instrucción nº9 de Murcia decretó su ingreso en prisión provisional. Entonces llegó a haber más de una quincena de denuncias de padres de niños que habían relatado sufrir tocamientos por parte de su profesor. Finalmente, han sido nueve los casos por los que se le ha condenado.

Desde la consejería de Educación recordaron que, en virtud de la nueva ley de protección del menor, este hombre no podría volver a dar clase en ningún centro de España, una vez que se le imponga una sentencia firme. Esta norma establece que quienes tengan antecedentes relativos a delitos sexuales no podrán trabajar con niños.

Educación también apuntó que Roberto P. S. estaba dando clases en un colegio católico concertado de El Palmar, el San Vicente de Paúl, donde sucedieron los abusos.

Numerosos ciudadanos mostraban este martes su indignación, en las redes sociales, al conocer que el profesor no llegará a pisar la cárcel. «Esas heridas en los niños no cicatrizan por que son psicológicas. Con el tiempo, a cada uno se le verá las consecuencias de esto», escribía un lector.

«¿Cómo permite la justicia que una persona así se vaya de rositas? ¿Y qué clase de indemnización es esa? ¿2.000 euros van a reparar todo el daño causado a esos pobres niños? ¿Qué nos pasa?», se preguntaba otro. «Es muy triste y patético que esté libre», subrayaba otro ciudadano.

Roberto P. S. abandonaba ayer el Palacio de Justicia tranquilo, como permaneció durante la breve vista, de apenas unos minutos, en la que sólo se dirigió a él el magistrado presidente de la sala.