La localidad de La Albatalía viene sufriendo, desde hace días, una oleada de robos en comercios y viviendas que tiene a los vecinos atemorizados. Se trata, explicaron residentes de la pedanía a LA OPINIÓN, de tres atracadores, que llevan pasamontañas para ocultar sus rostros. En una de sus actuaciones, arrancaron una ventana para entrar. «Uno de ellos es muy alto y otro es muy bajo», cuentan los que los han visto.

Aunque los robos vienen produciéndose desde hace aproximadamente dos semanas, no fue hasta el pasado sábado cuando muchos vecinos comenzaron a estar en alerta de verdad. Y es que el sábado no hubo robo, pero sí una agresión a un hombre. Los encapuchados entraron a una vivienda, pero con sus moradores dentro. No se llevaron nada, pero pegaron a un vecino y tiraron al suelo a su padre, octogenario.

El hijo se llevó la peor parte. Tras la agresión, y cuando los hombres se largaron de la casa, fue atendido en urgencias. «Le curaron, pero tiene hematomas por toda la cara», precisa su padre, un vecino de nombre Joaquín.

Este vecino atendió a LA OPINIÓN horas antes de ir al médico «para una radiografía». Aunque asegura encontrarse físicamente bien, su avanzada edad es razón de sobra para que los médicos le hayan recomendado una revisión. Aunque la secuela que más le duele no es su achaque físico, sino el haber visto cómo pegaban a su hijo. «Es muy duro, porque no puedes defenderte», relataba.

Agentes de la Policía Nacional fueron a la casa asaltada y escucharon a padre e hijo. Además, recopilaron pruebas, ya que los asaltantes «dejaron huellas de sangre», sentencia Joaquín. Lo que más teme el hombre ahora es que «esta es una secuela que va a durar. Veremos cuándo se pasa».

No dicen una palabra

Por su parte, el alcalde pedáneo de La Albatalía, José Pardo, indicó que «hay una inquietud muy grande» en el pueblo. «Nos dijo la Policía que tiene unos sospechosos», adelantó, a lo que añadió que «creo que no son del pueblo». «No sabemos si son extranjeros, porque, según las personas a las que les han robado, no han hablado», manifestó. Asaltan y golpean, pero sin una sola palabra.

«Esto se pasa de castaño oscuro», clamó el pedáneo. Aunque tiene claro que «quien tiene que resolver los problemas es la Policía», no descarta que los propios vecinos monten «una patrulla por la noche, para montar vigilancia».

La Albatalía tiene unos 2.200 vecinos, de los que el 90% son personas mayores, calculó Pardo.

Agregó que «no hay problemas en montar un piquete y salir por ahí por las noches», aunque «la Policía me ha dicho que van a montar vigilancia».

El alcalde aseguró que mantiene un contacto permanente con los responsables de la comisaría de San Andrés, que, por zona, se encarga de lo que ocurra en la localidad, cercana a la capital.

Además, admitió que muchos vecinos, en alerta, están tomando medidas de seguridad excepcionales en sus casas. «La gente está poniendo alarmas», resaltó Pardo. Lo hacen «para contactar más rápido con la Policía y con la empresa de seguridad», indicó.

«Yo tengo ya 75 años y en mi vida de joven he visto lo que pasa ahora. La ley tenía que ser mas fuerte en algunos casos», dijo Pardo. En este sentido, aclaró que se refería a delincuentes que «están enseguida en la calle» después de haberse probado que han cometido asaltos o actos violentos.

De la farmacia se llevaron 100 euros y una caja de preservativos

  • Ayer pusieron una puerta de hierro en la farmacia de La Albatalía. El fin, evitar que se repita un asalto como el de hacer unos días, en el que los ladrones rompieron la reja para entrar. Ni comercios ni viviendas parece que se salvan de la acción de este ´comando´ de atracadores, al que la Policía trata de localizar. La botica, ubicada en el Carril de las Palmeras, sufrió un atraco por parte de (se sospecha) las mismas personas, que se llevaron, confirmaron desde el establecimiento, «la recaudación de la caja registradora y una caja de condones».
  • Como sonó la segunda alarma, echaron a correr. «No había nadie dentro, gracias a Dios», comentaba una empleada de la farmacia a este periódico. De la caja se llevaron apenas unos 100 euros, el dinero que había en aquel momento. Lo curioso está en que cogieron también la caja de preservativos. Una sola. Esta anécdota era también comentada ayer en el pueblo. Pese al temor, los vecinos tratan de tomárselo con una pizca de humor. «Hay muchísimos robos en la zona», lamentan desde la botica.