La Guardia Civil investiga la muerte de una mujer cuyo cadáver fue encontrado este martes por la mañana semidesnudo en la orilla del Reguerón, en la pedanía murciana de Alquerías.

Aunque fuentes de la Benemérita señalan que la principal hipótesis, por el momento, es la del atropello, admiten que «no se descartan» otras líneas de investigación, debido al estado que presentaba el cuerpo de la víctima, de origen sudamericano y con una edad comprendida entre los 35 y los 45 años.

A primera hora de la mañana, el Teléfono de Emergencias 112 recibía una llamada en la que se alertaba de que había una mujer tendida en la carretera. Fue un panadero de la zona el que la encontró. Este hombre (que, por su trabajo, estaba en pie a primerísima hora) vio sobre las seis menos cuarto de la mañana a la mujer en el Camino del Reguerón, justo a la orilla del río, un río que ayer era más bien un barrizal. El panadero señaló que no sabía si la mujer estaba viva o muerta, solamente que se hallaba inconsciente.

Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local y una Unidad Móvil de Emergencias del Servicio Murciano de Salud, cuyos sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida de esta persona: sólo certificaron que ya había fallecido.

La Policía Local acordonó la zona y se hizo cargo del caso, que en un principio se dio por hecho que era un atropello con fuga.

Sin embargo, agentes personados en el lugar se percataron de que las lesiones que se veían en el cadáver no coincidían con las habituales que presenta una persona tras ser arrollada por un vehículo.

Además, tal y como apuntaron fuentes de la investigación y corroboraron testigos presenciales, la mujer iba vestida únicamente con la ropa interior, algo que también escamó a los municipales, que decidieron dar aviso a la Guardia Civil, Cuerpo que se encarga de esta demarcación.

Por este motivo, agentes de la Benemérita se trasladaron al lugar y tomaron el relevo de sus compañeros de la Policía Municipal de Murcia.

Efectivos de la Policía Científica se personaron en el lugar, con el fin de buscar pruebas. Asimismo, intervinieron agentes de la Guardia Civil de Tráfico. Miraron el estado del asfalto (donde, horas después, aún se apreciaban restos de sangre) y trataron de concretar qué rodadas recientes de vehículos había.

La zona (un paraje de huerta con casas bajas y diseminadas) no estaba apenas transitada cuando el panadero descubrió el cadáver, pues la mayoría de los vecinos dormían. No obstante, los investigadores tomaron declaración a los residentes, por si alguno pudiera haber visto algo que facilitase alguna pista.

Sin embargo, fuentes cercanas al caso apostillaron que otra de las líneas de investigación es que la mujer sufriese una muerte violenta.

Testigos presenciales aseguraron que el cadáver presentaba golpes, y que estaba cubierto de barro, presumiblemente del río.

De hecho, investigadores que vieron el cuerpo tantearon que una de las hipótesis era que la mujer hubiese sido arrojada al Reguerón aún con vida. De esta manera, ella habría conseguido salir del río y arrastrarse hasta la carretera (la vía está pegada al cauce), donde fue hallada muerta. No se descarta que, una vez sobre el asfalto, también fuese arrollada por un coche.

El cuerpo de la mujer fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, para practicarle la autopsia que revelará la causa del deceso. También se determinará si ha sufrido algún tipo de agresión sexual, aunque desde la Benemérita decían ayer que «en principio» no se contemplaba este supuesto.

Buscan el vehículo

La Benemérita remarcaba este martes por la tarde que «se está investigando» el caso como el de un atropello con fuga. En la misma línea se pronunciaba el delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís, en un acto que tuvo en Lorca, cuando fue preguntado por el suceso. Dijo que, en principio, estaríamos hablando de un atropello. «La investigación está abierta», manifestó el delegado del Gobierno.

Además, el Instituto Armado indicó que ya ha comenzado la búsqueda del vehículo que pudiera haber arrollado a la mujer, aunque no concretó qué características tendría.

La víctima no llevaba documentación encima. Este martes por la tarde, fuentes de la Guardia Civil confirmaron que aún no había logrado ser identificada.

«Lo que le han hecho no se le hace ni a un perro»

  • «Me voy a mi casa a tomarme una tila», decía, al despedirse de los periodistas concentrados en la orilla del Reguerón, Manoli, una de las vecinas de la zona que primero vio el cuerpo de la mujer tirado en la carretera.
  • «A las seis mi panadero me dejó el pan. Me asomo a la ventana, veo luces azules y pienso: ´si parece la Policía´. Y había una chica ahí muerta», contaba Manoli a periodistas y fotógrafos. «Pobretica la chica», agregaba sobre la víctima, a la que no conocía.
  • A propósito del tan comentado instinto que algunos animales tienen para ciertas cosas: Manoli aseguró que su perro, de madrugada «ladraba mucho». «Se ve que escuchó algo», remarcó la vecina, pues la alteración del can coincide con las horas con las que, supuestamente, la muerte violenta habría tenido lugar.
  • Fuentes cercanas al caso especulan con la hipótesis de que el agresor o los agresores de la mujer la arrojaran con vida al río, y que ella lograse salir por sus propios medios hasta la carretera, donde la encontraron, cubierta del barro que había en el agua.
  • Esta versión también la comentaba Francisco Hernández, un vecino de avanzada edad de la zona, que vio «el cadáver en medio de la carretera». Pudo apreciar la mujer estaba «desnuda», únicamente con la ropa interior puesta. No había ni resto del resto de prendas por la zona. «Un panadero que pasó la vio», apuntó Teresa Gil, la esposa de este hombre. «La Policía ha dicho que es sudamericana», detalló Francisco.
  • «Se ve que la tiraron ahí. Nosotros no sabemos nada», explicaban tres vecinas de la zona, cercana al río, donde apareció el cadáver. «Ay, qué pena, hija», clamaba una señora. El hecho de que nadie conociese a la víctima, una mujer de origen latino, no restaba pesar. «Es un dolor. Eso es de no tener conciencia el que lo haya hecho, eso no se hace ni con un perro», clamaba esta vecina.