La Guardia Civil ha conseguido recuperar parte del Tesoro de la Virgen de la Fuensanta que fue robado en la Catedral en el año 1977. Casi cuarenta años después, la patrona de los murcianos vuelve a contar en su ajuar con su cruz pectoral labrada en oro con 16 esmeraldas, así como con un collar de diamantes y aguamarinas.

Se trata de la segunda fase de la operación 'Palimpsesto', que ha permitido al grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil recuperar estas joyas, después de que el pasado mes de noviembre, los mismos agentes recuperaran un farol de plata del siglo XVIII procedente del mismo botín y que iba a ser subastado en una casa de subastas de Madrid. Pero esta historia no podría contarse sin el trabajo llevado a cabo por dos jóvenes murcianos: Juan Manuel Rodríguez Cantero y Antonio Gil Gómez. Naturales de Molina de Segura, de 22 y 20 años de edad, respectivamente.

Estudian Historia del Arte en la Universidad de Murcia y fue su curiosidad y pasión por el mundo de las antigüedades lo que hizo que localizaran el pectoral de la Virgen de la Fuensanta en la web de una casa de subastas de Barcelona.

Tal y como cuentan a LA OPINIÓN, todo ocurrió el pasado mes de septiembre, cuando Antonio dio con la imagen de la cruz de esmeraldas en una página web. «Teníamos claro que esa era la que robaron a la Fuensanta; la teníamos tan vista, tan grabada en la mente que no teníamos dudas», comenta Juan Manuel, quien asegura que tras esto realizaron un estudio comparativo e identificaron el pectoral de la Virgen, «era ese, sí o sí», añade.

Tras esto, los jóvenes se pusieron en contacto con su profesor de la Universidad de Murcia Manolo Pérez Sánchez, que «nos ayudó y dio como válido nuestro trabajo», por lo que el siguiente paso era ponerlo en conocimiento de la Guardia Civil.

Se da la circunstancia de que la tía de la novia de Juan Manuel es capitán de la Guardia Civil en Alicante, tal y como explica el propio joven a esta Redacción, por lo que «nos pusimos en contacto con ella y así es cómo dimos a la Guardia Civil toda la información de la que disponíamos y que nos solicitaron», añade.

Juan Manuel y Antonio, quienes también pertenecen a la orden de los Caballeros de la Fuensanta, aseguraban ayer que el haber ayudado a la recuperación de esta joya es «todo un orgullo como futuros profesionales de la Historia del Arte, pero mucho mas grande como murcianos».

El Museo Arqueológico fue el lugar elegido ayer para presentar a los medios de comunicación las piezas recuperadas. En este acto, el delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís, junto a la consejera de Cultura, Noelia Arroyo; el alcalde Murcia, José Ballesta; el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes; y el coronel de la 5ª zona de la Guardia Civil, Jesús Arribas, dio a conocer los pormenores de la operación.

La investigación, que continúa abierta ante la posibilidad de recuperar otros objetos de valor relacionados con este u otros casos, comenzó cuando los agentes solicitaron a la casa de subastas de Barcelona información de las personas que habían puesto a la venta ambas joyas, lo que confirmó que procedían de la misma persona, pero que habían tomado distintos caminos.

El collar fue vendido a un particular de Fuerteventura, que lo había adquirido para regalárselo a su mujer con motivo de su boda, «un tercero de buena fe», según destacó ayer Arribas; mientras que el pectoral, al no encontrar comprador, fue devuelto a su propietario, un gemólogo de Valencia que ya lo había revendido a un empresario de Madrid, a quien, finalmente, se le confiscó.

Todos los presentes coincidieron en señalar que el de ayer era un día grande para todos los ciudadanos de la Región, pues «es un patrimonio que pertenece a todos ellos». Lorca Planes destacó que «el mayor patrimonio que tiene la Virgen de la Fuensanta es la devoción de todos los murcianos».

Piezas donadas

Las piezas recuperadas por la Guardia Civil tienen su historia. En el caso de la cruz pectoral, popularmente conocida como 'Pectoral de Belluga', aunque no perteneció a dicho obispo, ya que este estuvo como responsable de la Diócesis de Cartagena en el primer tercio del siglo XVIII y la joya pertenece a finales del mismo siglo, fue una donación de Victoriano López Gonzalo, obispo de Cartagena de 1789 a 1805, y que donó, junto a su anillo pastoral y el alfiler de donde pendía el pectoral, en 1795, según informaban ayer fuentes de la Diócesis. Así consta en las actas capitulares del Cabildo Catedralicio.

En cuanto al collar de aguamarinas y diamantes, que la imagen de la Virgen de la Fuensanta llevaba en el fajín en los días más solemnes, al igual que el pectoral, también fue una donación, en este caso del murciano Laureano Andreu Piñero, que se realizó en el año 1849, según consta en su testamento, para la patrona de los murcianos, la Virgen de la Fuensanta.