Las toallitas húmedas son uno de los productos de higiene personal cuyo uso está más extendido entre la población. Pese a su aparencia inofensiva, causan grandes complicaciones en el sistema de alcantarillado de las grandes ciudades y son un evidente problema de concienciación medioambiental en nuestra sociedad.

El problema surge porque la mayoría de ellas se consideran biodegradables y, por tanto, indican en su envase que pueden ser tiradas al inodoro. Sin embargo, la gran mayoría están hechas de una fibra textil robusta y duradera, por lo que no se deshacen al ser arrojadas por el desagüe en contacto con el agua como sucede con el papel higiénico compuesto de celulosa. Por ello, crean una cadena de material fibroso muy duro junto con otras toallitas, que acaba por atascar las tuberías.

Los principales riesgos que genera son: atascos en las bajantes de los domicilios particulares; colapsos en la red de alcantarillado, por la adherencia del material a los conductos, lo que provoca una pérdida de sección de la tubería y posterior acumulación y tapones de considerable tamaño; colmatación y atascos de filtros de retención y bombas de las estaciones de bombeo de la red de alcantarillado y depuradoras municipales. Esta acumulación también puede conllevar graves problemas como daños a los sistemas hidráulicos, con el consiguiente riesgo de inundaciones en los días de aumento del caudal, especialmente por lluvias intensas.

La empresa Aguas de Murcia ha cifrado la cantidad de dinero que cuesta cada año, siempre aproximadamente, el indebido uso del váter como vertedero de estas toallitas húmedas, además de otros productos como compresas, bastoncillos o gasas que acaban en las cañerías. La cantidad sería de unos 600.000 euros, que se destinan a corregir estos problemas, en lugar de emplearse en otro tipo de actividades y mejoras del servicio. El desglose sería aproximadamente el siguiente cada año: desatranque de la red de alcantarillado, 100.000 euros; limpieza preventiva y correctiva de rejas y pozos, 130.000 euros; desatranques de bombas, 175.000 euros; diversas labores en la estación depuradora de aguas residuales como desatranques de bombas, rejas y demás, 200.000 euros.

El responsable de redes de Aguas de Murcia, Javier Pardo, explicó a LA OPINIÓN que «se trata de un grave problema que preocupa mucho a la empresa por los grandes inconvenientes que genera en la red de alcantarillado». «La gente se debe concienciar de que es un asunto muy serio y que debe comenzar por las empresas con un etiquetado correcto del producto. No tiene sentido que anuncien que un producto es biodegradable, si realmente tarda mucho más en hacerlo del tiempo en el que va a tardar en llegar a la depuradora desde que es arrojado por el inodoro», indica.

Por ello, Pardo pide «un cambio de normativa que solucione cuanto antes esta cuestión». De hecho, si se cuentan solo usuarios particulares, «recibimos varias llamadas al día sobre problemas de atascos y atranques en nuestra red. No en todos son las únicas culpables las toallitas, pero sí están presentes en absolutamente todas las averías», asegura.

Así, Aguas de Murcia lleva a cabo una campaña llamada 'Los inodoros mágicos no existen'. Con esta actuación, intentan que los usuarios recuerden que deben tirar estos productos a la bolsa de la basura, lo que posibilita un ahorro en el consumo de agua potable y un mejor funcionamiento de las infraestructuras hidráulicas. Creen que mucha gente tira los artículos mencionados al inodoro por el desconocimiento del daño que causan y esperan con esta iniciativa concienciar a la población del problema que supone.