La espuma que se podía ver ayer por la mañana en el agua del río Segura a su paso por la ciudad disparaba las alarmas y fueron muchas las voces en las redes sociales que apuntaban a presuntos vertidos, condenando a los causantes de los mismos. Sin embargo, desde primera hora del día, varios técnicos de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) estaban ya trabajando en un operativo para frenar el origen del fenómeno que había causado la aparición de espuma en el río Segura, según informaron fuentes de este organismo a esta Redacción.

En concreto, los agentes medioambientales acudieron a varias zonas ubicadas entre la pedanía de Rincón de Beniscornia y el municipio de Las Torres de Cotillas, lugares donde la espuma era más notable, ya que en el caso de la ciudad, «cuando el agua toma impulso en el azud de Manterola también provoca algo de espuma», tal y como añadieron dichas fuentes.

Según barajan desde la CHS, la espuma apareció en una zona donde «llegaron aguas procedentes de una red de pluviales con arrastres llevados por las tormentas de la tarde del pasado miércoles».

Aun así, la CHS, dependiente del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, abrió inmediatamente un expediente de investigación para averiguar los hechos y exigir en su caso las responsabilidades que deriven. Además, los técnicos tomaron muestras para completar la investigación sobre el terreno. En cuanto a los posibles daños y el impacto medioambiental en las aguas del río, las mismas fuentes consideran que «ha sido menor y muy superficial, a pesar de la presencia de espuma, muy llamativa». Por lo tanto, apuntan a que «desaparecerá progresivamente del río».

Cabe recordar que hace tan solo unos cinco meses que el río Segura, a su paso por la ciudad de Murcia, conseguía recuperar el cauce que tenía hace 55 años, cuando se construyó el encauzamiento urbano, tras las obras de dragado efectuadas CHS. Antes de las obras, el cauce podía asumir un caudal de 10 metros cúbicos por segundo. Ahora el caudal puede alcanzar los 40 m3/segundo. Además, para que el río toque el tablero de los puentes tiene que llevar un 50% más de caudal.

El proyecto de Recuperación Ambiental del Río Segura a su paso por la ciudad, iniciado en marzo de 2014, con un presupuesto de 4,2 millones de euros, contemplaba la extracción de lodos en casi 2,5 kilómetros en su tramo urbano.

Al final, se sacaron 150.000 toneladas de sedimentos, que ocupaban un metro de espesor. Desde que finalizaran estos trabajos -en el mes de marzo-, la CHS comenzó a trabajar en la recuperación del soto de San Antón, el más grande de todos los sotos y donde han estado depositando los lodos extraídos del cauce, tal y como publicó en su día LA OPINIÓN. Dichos trabajos consisten en emparejar y compactar las tierras; construir caminos que recorren el soto y preparar cunetas para que el agua corra; plantación de árboles de especies autóctonas y otro tipo de vegetación.

Gracias a estas actuaciones y, según explicaron técnicos de la CHS, no pasará mucho tiempo para que vuelva a crecer el cañaveral y la flora propia de la ribera del río, en ambos márgenes del Segura a su paso por la ciudad, pues este tipo de especies suelen crecer a razón de cuatro centímetros al día.