«Como régimen de visitas para el padre, podrá estar en compañía de sus hijos menores de edad, de forma tutelada en el Punto de Encuentro Familiar, los sábados y domingos alternos, desde las 11.00 y hasta las 13.00 horas los sábados, y desde las 19.00 hasta las 20.30 horas los domingos. Las partes manifiestan que por el trabajo del demandado, si éste acreditase la imposibilidad laboral de acudir a alguna de las visitas, sería recuperada?». Así se pronunció un juez en la sentencia de divorcio entre José Manuel Alcaraz y su exmujer del pasado 30 de abril, sin embargo, José Manuel aún no ha podido ver a ninguno de sus cuatro hijos.

Casi cinco meses sin poder estar con ellos que, sumados a unos ocho meses que ya llevaba sin tener ningún tipo de contacto con los menores, hacen más o menos un año que este padre no comparte su tiempo con sus hijos. José Manuel asegura estar impotente ante una situación que se le escapa de las manos. «Me dijeron que tras la notificación de la sentencia de divorcio pasarían unos quince días hasta que me llamaran del Punto de Encuentro Familiar (PEF) para poder comenzar con las visitas, pero a día de hoy nadie me ha llamado», comenta este hombre que trabaja como transportista internacional.

«He llamado en varias ocasiones al PEF y ellos mismos me han dicho que están desbordados y que tendría que esperar a que me tocara el turno, pero el tiempo pasa y es tiempo que pierdo para poder ver a mis hijos», explica José Manuel, quien también ha presentado una queja formal en la Comunidad Autónoma. «A mí el juez me dio un mes para ponerme al corriente con mis atrasos de la manutención y efectuar los pagos, si no lo hago enseguida me buscarían, pero que hayan pasado cinco meses y que no se esté cumpliendo el régimen de visitas en el PEF porque el centro esté desbordado no tiene consecuencias para nadie», mantiene un desesperado José Manuel, quien además del retraso por parte del PEF ha tenido que estar desde finales de agosto del año pasado sin tener ningún tipo de contacto con sus hijos, ya que «la madre decidió incumplir el régimen provisional de visitas que se impuso antes de que hubiera sentencia». Éste especificaba que José Manuel podía estar con sus hijos tres horas a la semana, al volver de sus viajes internacionales.

Estas visitas, según explica José Manuel, se realizaron desde abril de 2013 con total normalidad, hasta que «después de pasar quince días de vacaciones con dos de mis hijos en Gandía, la madre decidió que se acababan las visitas». José Manuel denunció este hecho, para el cual se ha señalado fecha de juicio el próximo mes de diciembre, una vez que ya ha sido dictada la sentencia del divorcio.