La bicicleta le está comiendo el terreno al coche. Las cifras lo apoyan: ya se venden más vehículos de dos ruedas que de cuatro. Pero no hace falta mirar indicadores socioeconómicos: bastaba darse una vuelta ayer por la Gran Vía y la avenida de la Constitución de Murcia para darse cuenta de ello. Unas 8.000 personas se dieron cita allí en la primera edición de Ciclovida, una iniciativa de la Oficina Municipal de la Bicicleta para fomentar el uso de este transporte que aúna la salud y el respeto al medio ambiente.

Hubo de todo y para todos: circuitos de patinaje, monopatín, ciclismo, karts y paseo; carpas que ofrecían globos y maquillaje para los más pequeños, juegos sobre seguridad vial, e información sanitaria de interés; clases de spinning, aerobic y otros ejercicios físicos; talleres de bicicletas y stands de distintas empresas del sector; un teatro de títeres para que los niños aprendiesen a circular en dos ruedas divirtiéndose; un recorrido de triatlón con distintos obstáculos que había que sortear; e incluso un puesto de la ONCE en el que varios voluntarios mostraban cómo se conduce una bicicleta siendo invidente, para lo cual vendaban los ojos de los interesados y montaban con ellos en un vehículo para dos conductores.

«Hemos venido toda la familia a pasar la mañana haciendo ejercicio», contaba Ramón, de Alcantarilla, que iba con su esposa y sus dos hijas. Por su parte, Juan, de Murcia, iba con su hijo, «que estrenó el otro día la bici». Como ellos, miles de familias participaron en la actividad, pero también jóvenes y mayores.

«Lo más importante es regular bien la altura del sillín, que debe estar al nivel de la cadera, y del manillar; así se evitan problemas de rodilla y de espalda», explicaba desde la caseta sanitaria Pablo López, responsable del área de Rehabilitación de la clínica Belén. «El 90% no los llevan bien colocados», avisaba. Y esta jornada, además de un punto de reunión y diversión, iba de eso: de mejorar nuestra salud.