Pidió «perdón» a su mujer, María Dolores, y a sus padres, Ángel y Maruja, en la carta que escribió para despedirse de ellos una vez que ya había tomado la decisión de quitarse la vida, agobiado por las deudas que pesaban sobre él. José Antonio Martiz Baeza, cuyo funeral se ha celebrado a las once de esta mañana en la iglesia parroquial Nuestra Señora del Socorro de La Ñora, no encontró otro camino que el suicidio y se fue de este mundo apesadumbrado. «Os he fallado», escribió antes de bajar al garaje de su casa y ahorcarse.

El alcalde de esta pedanía murciana, Jesús Aliaga, quien conocía personalmente a Antonio, de 42 años, dio el pésame a la familia y lamentó lo ocurrido.

«No conocemos el fondo de la cuestión, simplemente que había deudas, pero era un hombre más bien echado para adelante y que no se arrugaba ante las adversidades. Lo que le pasó por la cabeza solo lo sabría él y el desenlace demuestra lo mal que lo ha debido pasar. Éste es un problema que afecta a muchas familias, pero ¿qué podemos hacer nosotros para evitar estos sucesos?», se preguntó Aliaga.

La familia Martiz está perseguida por la tragedia. Hace aproximadamente diez años, su hermano menor falleció tras sufrir un accidente de tráfico a la edad de 27 años y a ello ahora se suma la muerte de Antonio.

El cuerpo de este vecino de La Ñora ingresó ayer en el tanatorio de Jesús, en Espinardo, y allí David López, primo del difunto, atendió a los medios de comunicación que acudieron para informar sobre lo ocurrido, aunque prefirió no aportar demasiados detalles del triste acontecimiento.

Sobre la carta que dejó escrita su primo, simplemente confirmó que pedía disculpas por su decisión tanto a su mujer como a sus padres y, preguntado por si podía revelar algo más de su contenido, dijo «mejor que no» por respeto a la intimidad de la persona.

El día anterior un cuñado de Antonio señaló que «no terminamos de explicarnos» lo que había sucedido y otro familiar, en la misma línea, apuntó que «esto es algo que no podíamos esperar y nos ha dejado perplejos y muy dolidos».

María Dolores, que fue quien encontró a su marido sin vida en el garaje de su casa, en el número 19 de la avenida Poeta Vicente Medina, no quiso hacer declaraciones visiblemente afectada por la pérdida de Antonio.

«Su situación laboral era estable»

«Conocía a Antonio desde hacía bastantes años, pues antes de ser empleado nuestro, fue cliente. Cuando le fue mal el negocio que tenía, se vino a trabajar con nosotros y era algo más que un simple empleado. Se trataba de una persona de confianza y tenía hasta las llaves de las oficinas» , indicó Francisco Hernández, quien gestiona junto a su hermano Pedro Representaciones Hernández, empresa que se dedica al suministro de recambios para automóviles y en la que Antonio Martiz trabajaba.

Con respecto a si podía sospechar un final como el que ha tenido, el que ha sido su jefe dijo que «en absoluto se puede esperar algo así, ya que ha pasado un día y todavía ni me lo explico ni me lo puedo creer, pues no había nada en Antonio que nos hiciera pensar que sucedería esto».

«Éramos conscientes de que tenía algún problema económico, por las deudas que arrastraba de su anterior negocio, pero nada que no pudiese ser solucionado. Ninguna cantidad de dinero debe llevar a un final como éste», dijo, al tiempo que reveló que «alguna vez le dijimos que poníamos a su disposición la asesoría jurídica de la empresa para lo que a él le pudiera hacer falta, pero era alguien muy reservado y no vio necesario que le echáramos una mano en ese sentido».

«Cuando ha tomado esta decisión es porque no encontraría otro camino, algo que lamentamos mucho», agregó.

Francisco declaró que Antonio «tenía una situación estable dentro de la empresa y podía haberse jubilado aquí, pues es de esos trabajadores que iba a continuar con nosotros mientras estuviésemos funcionado».

Representaciones Hernández, que tiene su sede en la carretera de La Ñora, es una empresa familiar con más de medio siglo de vida y que cuenta con una decena de empleados y empleadas. Una de ellas es Ingrid Cuña, quien también recordó ayer a Antonio Martiz como «una excelente persona y también un excelente compañero», según dijo con la voz quebrada por la emoción.