«¿Y esto cómo se saca, nena?», preguntaba ayer una señora a Carolina Rodríguez, encargada de informar a los usuarios en Ronda de Levante en la que fue la primera jornada en funcionamiento de la Línea 1 del tranvía de Murcia. La mayoría de las dudas se centraban ayer en el funcionamiento de las máquinas que expenden los billetes, más que en los trayectos o los horarios. «Que nadie se preocupe, porque estaremos unos dos meses informando a la gente hasta que el procedimiento esté asimilado entre los usuarios», aseguró el jefe de la Línea 1, Juan Carlos López.

Lo cierto es que ayer la cosa empezó con mal pie, porque a primera hora las máquinas para sacar los billetes no funcionaban. A media mañana, decenas de técnicos acudían a cada una de las paradas para intentar solucionar las incidencias, pero algunos tuvieron que improvisar. Por ejemplo, José María Coll, que estaba informando a los viajeros en la parada de Nueva Condomina, tuvo que devolver de su bolsillo el cambio de uno de los billetes, porque la máquina no daba ´las vueltas´ a un viajero. Pero quitando este incidente, la mayoría de usuarios se mostraban ayer encantados con la puesta en marcha de este nuevo medio de transporte, que realiza un total de 24 paradas entre el centro comercial Nueva Condomina y la UCAM, pasando tanto por el centro de la ciudad como por la Universidad de Murcia (UMU).

Uno entre ciento cincuenta

«Los billetes ordinarios –sacados en las máquinas ubicadas en las paradas antes de montar y que tienen un validez de 45 minutos– hay que guardarlos hasta el final del trayecto y los bonos y unibonos hay que pasarlos por los dispositivos ubicados entre vagón y vagón para validar el viaje», explicaba ayer a los atentos usuarios uno de los revisores, que durante estos días harán labores de información a la vez que de control.

Así, cientos de viajeros de todas las edades estrenaron ayer las infraestructuras del tranvía, la mayoría en dirección a los centros comerciales.

Aunque «el lunes seguro que será distinto y viajarán más pasajeros en el trayecto de las universidades», aclaró el Jefe de la Línea 1. Unos por trabajo y otros por placer, la mayoría de viajeros aseguraban, en general conformes con el precio, que utilizarían este transporte muy a menudo.

Pero, entre todos los que estrenaron ayer el tranvía que ya recorre la ciudad, destacaba la emoción de Mariano Verde, uno de los conductores.

Verde, como el color del tranvía. Quizá el apellido ya le predestinaba a un trabajo por el que tuvo que luchar entre cientos de candidatos.

«Éramos 6.000 para 40 puestos, –que supone un trabajo por cada 150 aspirantes–», contaba Mariano. «Hemos pasado muchas pruebas y realizado horas y horas de prácticas. No es difícil llevar el tranvía, lo realmente difícil es conducirlo, porque tienes que atravesar la ciudad, con coches y peatones y hay que ser muy prudente para no tener que pegar un frenazo», concluía el conductor antes de cerrar las puertas y comenzar una vez más un nuevo trayecto.