Hasta San Antón, pascuas son. Así reza el dicho y así lo llevan a cabo en el barrio murciano de dicho nombre. Y es que las fiestas en honor a este santo volvieron a reunir a decenas de vecinos que asistieron a uno de los momentos más tradicionales: la bendición de los 80.000 panecillos que, durante dos días, las vecinas, conocidas popularmente como ´las sanantoneras´, cocinaron en la confitería Ricardo. A las seis de la tarde los cohetes en la puerta de la ermita del barrio de San Antón anunciaban la celebración de la bendición. Tras esto, la caseta de reparto de los panecillos, ubicada en la misma puerta de la ermita, abría sus puertas.

Por ella pasaron decenas de personas, niños y mayores, para recoger, a cambio de la voluntad, las conocidas bolsitas en las que se guardan dos o tres piezas bendecidas. Todo el mundo comentaba lo mismo: «A ver si este año me llega algo de dinero». Y es que según la tradición, con un panecillo de San Antón guardado en el bolsillo, se atrae el ´dinerillo´. Las fiestas continuaron ayer en el Centro Social, lugar en el que se llevó a cabo la entrega de los galardones a la Mujer y al Mayor del barrio. En esta ocasión, los elegidos fueron la misionera Asunción García del Pino y José Pina, de 97 años, que no pudo asistir al acto, y en su representación acudió su yerno.