Los vecinos de Cabezo de Torres no se conforman con que el alcalde de Murcia ordenase el año pasado la paralización del plan especial PH-CT1, que contemplaba el derribo de 450 casas antiguas del Cabezo de la Cruz y del Cabezo de los Almendreros, por lo que han solicitado una entrevista con el primer edil para conseguir que se anule este proyecto impulsado por una promotora. El presidente de la Asociación de Vecinos Nuestra Señora de las Lágrimas, Antonio Ortega, recuerda que Miguel Ángel Cámara ya se comprometió por escrito el 6 de marzo de 2009 a que este proyecto no saldría adelante si no era con el consenso del 100% de los afectados por el plan, una posibilidad más que remota, según Ortega. "Los hermanos García Bernal -explica el presidente de la asociación que movilizó a los vecinos el año pasado- no conseguirán nunca que todos nos pongamos de acuerdo en un disparate. Los vecinos llevamos una vida normal desde entonces, ya nadie teme que le expropien por 10.000 o 18.000 euros como pretendían, pero siempre nos queda esa duda de si alguna vez volverán a la carga".

La mayoría de los propietarios o inquilinos de viviendas afectadas por el plan carecen de escritura de propiedad del suelo, puesto que, según apunta Ortega, la mayoría son de arrendamiento antiguo y se construyeron hace más de cien años. "Los promotores del plan dicen que son los propietarios del terreno, aunque la mayoría de los vecinos pagan el IBI de sus casas y tienen escritura de propiedad de la vivienda, pero intentaron meter el plan en Urbanismo para derribar las viviendas y construir 50 dúplex de lujo en lo alto de los cerros con vistas magníficas de Murcia", recordó Ortega, quien asegura que los vecinos siguen en alerta "por si hubiera movimientos", aunque reconoce que la declaración del alcalde tranquilizó a los vecinos movilizados contra el proyecto.

El pedáneo del Cabezo, Juan José Muñoz, que apoya a los afectados en su reivindicación, cree que el plan es un disparate y espera que Cámara despeje cualquier duda sobre el futuro de las viviendas. "Se han calmado los ánimos este último año, pero sigue habiendo inquietud y parece que no es suficiente con que Urbanismo haya paralizado el plan", añade Muñoz.