La montaña de Monteagudo, el icono más representativo de la huerta de Murcia, será un filón para el turismo en Murcia si se construye el teleférico que ha proyectado el arquitecto Andrés Cánovas, pero, de momento, sólo es eso: un sueño compartido. La peligrosidad de los accesos a este enclave arqueológico y cultural, un inagotable manantial de historias de épocas remotas -los últimos restos encontrados son de la Edad de Bronce Argárico (1700-1000 a.C.)-, ha impedido que en las últimas décadas los murcianos hayan podido disfrutar de uno de los lugares más admirados y, al tiempo, desconocidos del municipio.

Esta situación podría cambiar en los próximos años ya que el consorcio turístico 'Murcia, Cruce de Caminos', constituido en 2004 por la Comunidad Autónoma y por el Ayuntamiento, ha comenzado la recuperación de este conjunto de monumentos que incluye tres fortalezas de la época árabe.

Una de las primeras actuaciones financiadas por el Consorcio ha sido el Centro de Interpretación junto a la ermita de San Cayetano, un proyecto diseñado por Andrés Cánovas y en el que se han invertido 2,8 millones. Aún quedan cuatro meses de trabajos para dar por finalizada la obra civil y posteriormente sacarán a concurso el contrato para la musealización del espacio interior, donde se mostrará una selección de piezas encontradas en las distintas excavaciones arqueológicas de cada una de las fases de la intervención. Además presentará la historia de los primeros pobladores y sus culturas argáricas, romanas y árabes.

En menos de un año, el nuevo museo de Monteagudo podría estar ya en funcionamiento, según Cánovas, autor también del Centro de Interpretación de la muralla de Santa Eulalia. El Consorcio también encargó a Cánovas un proyecto de viabilidad con varias propuestas para la fase de consolidación, accesibilidad y restauración del entorno del Castillo de Monteagudo, una de las propiedades de Ibn Mardanix, el rey Lobo. Entre esas posibilidades para facilitar el acceso hasta la montaña, según explicó Cánovas a LA OPINIÓN, estaría la instalación de escaleras mecánicas en la vertiente norte, así como un pequeño teleférico que serviría como guía para conocer el entorno. Estas dos alternativas serían más viables, según Cánovas, que un ascensor panorámico ya que el impacto que causarían en la silueta del monumento.

"Subida escarpada y peligrosa"

"Hay muchas posibilidades en Monteagudo, pero son las instituciones las que tienen que decidir y barajar presupuestos. Lo que está claro es que para el Consorcio la recuperación de esta zona es prioritario", dijo Cánovas, esperanzado en que la segunda fase del proyecto no se dilate y pueda complementarse la visita al centro con una subida al castillo centenario.

"Desde el punto de vista cultural -añadió Cánovas- e histórico es interesante la apertura del Centro de Interpretación porque facilitará la renovación urbana de Monteagudo y dará un impulso a la zona. De momento, el edificio tendrá un acceso desde el pueblo, pero desde allí hasta el castillo la subida es escarpada y hoy por hoy peligrosa".