Francisco Bernal fue el primero. Este policía, de Los Rectores, subió con cara de orgullo las escaleras metálicas del centro comercial de El Tiro como cliente número uno de su historia. Ya dentro, esperó a su mujer, Mari Carmen Pellicer, y se dirigió a la zona de electrónica. "Ya que soy vecino, he hecho el esfuerzo para ser el primero. He venido a mirar unos ordenadores portátiles para mis hijas". ¿Y el jamón? "Ahora iremos a probarlo". A la derecha, dos clientes que decidieron llevárselo.